Vaticano

El Papa recuerda en el Regina Coeli que “todos estamos llamados a ser santos”

  • “El amor del creyente no es el resultado de estrategias, sino del encuentro con Jesús”, ha dicho
  • Francisco ha rezado por la paz en Corea y los cristianos asesinados en Nigeria





A las 12 de hoy 29 de abril, quinto domingo de Pascua, el Papa se ha asomado a una abarrotada Plaza de san Pedro como cada domingo para recitar el Regina Coeli. Antes de la oración, Francisco ha explicado el Evangelio de hoy, en el que Jesús se presenta como verdadera vid y nos invita a permanecer unidos a Él para dar fruto abundante. “El Evangelista Juan habla de ‘permanecer’, palabra que usa siete veces -ha comenzado el Pontífice- Se trata de permanecer en el Señor para encontrar el coraje para salir de nosotros mismos, de nuestras comodidades, de nuestros espacios restringidos y protegidos, y entrar en el mar abierto de las necesidades de los demás”.

De hecho, Francisco ha recordado que uno de los frutos más “maduros” que brota de la comunión con Cristo es “el compromiso de la caridad hacia el prójimo, amando a los hermanos con abnegación, a las últimas consecuencias, como Jesús nos amó. El dinamismo del amor del creyente no es el resultado de estrategias, no proviene de fuerzas externas, por cuestiones sociales o ideológicos, sino del encuentro con Jesús y la permanencia en Él“.

Así, gracias a la Resurrección de Cristo, si como ramas nos unimos a Él nos contagiamos de “misericordia, justicia y paz”. Y el mejor ejemplo de ello son los santos, aunque el Papa ha insistido en lo que explica en ‘Gaudete et exsultate’: “Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo a cada uno su propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí es donde se encuentra la santidad“.

Corea y Nigeria

Después de rezar el Regina Coeli, Francisco ha saludado a los numerosos grupos de peregrinos de todo el mundo, y ha hablado sobre algunos eventos particulares que han tenido lugar esta semana. En primer lugar la beatificación en Cracovia de la beata Anna Chrzanowska, una laica que “dedicó su vida a sanar a los enfermos en los que vio el rostro de Jesús sufriendo. Demos gracias a Dios por el testimonio de este apóstol de los enfermos y tratemos de imitar su ejemplo”.

Por otro lado, ha querido “acompañar con su oración el resultado positivo de la Cumbre Intercoreana del pasado viernes, y el valiente compromiso asumido por los líderes de las dos partes para lograr un camino de diálogo sincero para una península libre de armas nucleares”. Pero en contraste con esta buena noticia, ha rezado por los cristianos perseguidos de todo el mundo, a raíz del último ataque a los católicos en Nigeria, donde dos sacerdotes han sido asesinados esta semana además de varios fieles.

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