El nuevo plan diocesano de evangelización, que está finalizando su etapa de consultas tras tres cursos en los que distintos grupos parroquiales han tratado las necesidades y fortalezas de una diócesis tan grande y poblada como la de Madrid, ha generado nuevas iniciativas para la vida eclesial. Una de estas propuestas es la que se ha dirigido hacia los jóvenes en el denominado Parlamento de la Juventud, que ha reunido primero por las distintas vicarías, para terminar en un próximo encuentro, reuniendo a toda la diócesis en torno a un estrado.
El planteamiento es sencillo, al menos en la teoría: una convocatoria abierta a parroquias, movimientos y asociaciones, para jóvenes entre los 16 y los 30 años. Una programa con diez temas, de los que cada joven debía señalar tres de ellos, para que se crearán comisiones de trabajo, entre ellos el compromiso social y político, la afectividad y la sexualidad o la Iglesia. Y ocho encuentros que se llevaron a cabo entre el 15 y el 22 de abril que permitieron reunir a multitud de jóvenes interesados por la Iglesia en la que viven su fe.
La Iglesia como madre
Vida Nueva ha contactado con una de las participantes, María Carramiñana, que participa de la parroquia María Auxiliadora en la Vicaría V. Para ella, que califica como “fundamental” que se desarrollen encuentros como este, “la sociedad avanza de manera vertiginosa, y no podemos descuidar lo que nos mantiene cerca de nuestros iguales, lo que nos hace humanos y lo que hace que los jóvenes no nos sintamos perdidos”.
La joven, de 26 años e investigadora bioquímica, participó en el grupo de Iglesia, en el que se habló sobre la visión que los jóvenes tienen acerca de ella y como puede dar respuestas a lo que la sociedad le pide. Para María lo más importante del diálogo fue que quedase claro que “la Iglesia debe ser integradora, abandonar los juicios contra las personas que están alejados de ella para acogerles en sus necesidades también, animar a los jóvenes a participar y que sus inquietudes sean escuchadas y, en definitiva, ser madre. Pero no una “madre cansina”, que solo impone con un lenguaje difícil. Sino, “una madre que ama y recibe a todos sus hijos por igual“.
Parlamento diocesano
Y el diálogo debe continuar. Así al menos lo plantean desde la archidiócesis de Madrid, que ya está organizando un nuevo encuentro, en el que dos representantes de cada grupo de trabajo de cada vicaría se reunirán el próximo sábado, 5 de mayo, durante todo el día en la sede de la Delegación de Juventud. El encuentro acogerá a más de 300 jóvenes. Lo que mostrará la diversidad y la participación de la Iglesia madrileña.
No caerán en saco roto la ideas lanzadas, pues el diálogo que se recoja se trasladará al próximo Sínodo de los Obispos que dialogará sobre la juventud.