“En acción de gracias por el don del trabajo humano y como signo de solidaridad con quienes sufren la deshumanización del trabajo”. En este marco, la Iglesia española se echa este 1º de Mayo a las calles de las ciudades españolas, por primera vez de manera conjunta en la plataforma ‘Iglesia por el Trabajo Decente’, que agrupa a la HOAC, Cáritas, CONFER, JOC, JEC y Justicia y Paz.
Se trata de una iniciativa impulsada por el papa Francisco, que ha hecho de su preocupación por la dignidad del trabajo una de sus prioridades pastorales, a la que se suma este colectivo eclesial, que denuncia en su manifiesto para este día –en que se celebra también la festividad de san José Obrero– “el injusto marco laboral y social” que se vive en España, y que tiene como consecuencia “la falta de trabajo decente para todas y todos en nuestra sociedad”.
Sin embargo, estas manifestaciones han ido perdiendo fuerza en los últimos años, lo que se nota en una significativa menor presencia de personas en las manifestaciones. ¿Cuál es la razón? ¿Desconfianza hacia los agentes sociales, resignación ante la incapacidad de los políticos de mejorar la situación, indiferencia, individualismo…?
Para Gonzalo Ruiz, presidente de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), “hay un poco de todo. No se acaban de ver resultados, la situación de muchas personas y colectivos, lejos de mejorar, continúan degradándose cada vez más. Por otra parte, los ciudadanos no percibimos que los partidos políticos estén por la resolución de los problemas que aquejan a la sociedad, y eso provoca un distanciamiento respecto a los representantes políticos”.
Para Ruiz, una de las causas están también en el individualismo, pues “una sociedad en la que cada uno va a lo suyo, mirando con indiferencia lo que le ocurre al vecino”, lo que hace es que “sea muy difícil construir comunidad y avanzar en una sociedad más justa y solidaria”.
Junto a ello, este maestro de escuela jubilado detecta que en España “se ha instalado un conformismo y una resignación que viene fomentada en gran parte por la idea que se nos transmite desde el poder económico y político, de que esto que pasa es algo natural y normal, que primero hay que crear riqueza para después poder repartirla, que no es posible hacer otra cosa…”.
Para Raquel Lara, del Secretariado General de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), una de las causas de este descenso en el número de manifestantes también entre los jóvenes radica en que “cada vez tenemos menos conciencia de lucha colectiva. Somos muchos los jóvenes que hemos nacido asumiendo y normalizando estos niveles extremos de precariedad”.
En este sentido, considera necesario “conocer y ser conscientes de nuestra historia, identificar nuestras raíces y mirar con profundidad nuestra realidad, para ser valientes y salir a la calle a reivindicar los derechos que, con tanto sudor, conquistamos la clase trabajadora y que hoy en día vemos como son desmantelados y arrebatados”.
“Los jóvenes –añade esta joven activista cordobesa– necesitamos con urgencia tener referencias de personas que nos compartan esa memoria histórica y caer en la cuenta de los derechos que, desde hace unos años, nos están arrebatando con las distintas reformas laborales“.