El cardenal Dieudonné Nzapalainga, arzobispo de Bangui, ha condenado “enérgicamente, sin medias tintas” el último ataque a la Iglesia en República Centroafricana, donde el martes 1 de mayo fueron asesinadas al menos 16 personas –entre ellas el sacerdote Albert Toungoumalé-Baba– y otras 60 resultaron heridas en un asalto con armas automáticas y granadas a la parroquia de Nuestra Señora de Fátima mientras se celebraba la fiesta de San José obrero.
En declaraciones a la Agencia SIR, el purpurado pide al Gobierno y a la misión de la ONU en el país que “se arroje luz” sobre lo sucedido, “se pueda conocer la verdad” y haya “justicia para el pueblo centroafricano”. En su nota no esconde el dolor que le producen estos ataques: “¿Qué está pasando? ¿Nos están manipulando? ¿Existe una voluntad de dividir el país, una agenda oculta?”. Y recuerda los antecedentes de violencia de la nación: “Hace decenios que lo que hemos hecho en este país han sido golpes de estado y rebeliones continuas. El resultado está ante nosotros: muertos, saqueos y destrucciones, los últimos eventos nos recuerdan que la violencia no es una solución a nuestros problemas”.
Finalmente, llama a “todos los grupos políticos, administrativos y religiosos sin distinción a ponernos en pie como un solo hombre para condenar lo sucedido” y evitar la autodestrucción nacional. A los creyentes ha pedido “autocontrol para evitar la rabia, el odio y la venganza”, asegurando que “hemos contado muchos muertos y seguiremos contándolos”, pero, “por caridad, pongámonos en pie y evitemos autodestruirnos”.
El cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, ha suspendido su visita al pueblo de Retzbach, en la diócesis alemana de Würzburg, donde iba a presidir una celebración por la fiesta de la Virgen de Fátima el próximo 13 de mayo. Esto se debe a que en dicha misa impartirá una bendición un sacerdote recién ordenado, quien en 2013 –cuando aún era seminarista– fue acusado junto a otros dos de realizar rituales nazis y contar chistes antisemitas durante unas reuniones. Después de ser encontrados culpables, los tres fueron expulsados del seminario por los obispos de Bamberg y Würzburg.
Sin embargo, este mismo seminarista, cuyo nombre no se ha desvelado, fue aceptado un tiempo después en el seminario de Eichstätt, y tras completar sus estudios debidamente fue ordenado sacerdote a principios de abril. El obispo local, Gregor Maria Hanke, ha sido duramente criticado por el presidente del Consejo Central de Judíos Alemanes, quien dijo que “las buenas relaciones y cooperación entre la Iglesia católica y la Comunidad Judía de Alemania se han resentido por esta decisión (de ordenarle sacerdote)”. Hanke se defiende asegurando que aceptarle en el seminario “fue un acto de piedad” al concederle una segunda oportunidad, según recoge The Tablet.
La diócesis de Würzburg se enteró por los medios de que el nuevo sacerdote participaría en la misa que presidirá Koch, por lo que el obispo auxiliar Ulrich Boom llamó al cardenal temeroso de que su aparición junto al sacerdote dañara aún más la imagen de la Iglesia en este caso. El cardenal ha expresado finalmente que “en estas circunstancias por desgracia no puedo participar en la celebración de Fátima en Retzbach el próximo 13 de mayo”.
El arzobispo de Westminster, el cardenal Vincent Nichols, ha sugerido que algunos de los que hicieron campaña en contra de la muerte por mandato judicial de Alfie Evans la semana pasada “usaron la situación con fines políticos”. Además, ha añadido que lo justo es que el tribunal estableciera qué era lo mejor para el niño. En sus declaraciones completas, recogidas por The Guardian, asegura que “la sabiduría nos permite tomar decisiones basándonos en información completa, y muchos de los que se han posicionado en el caso de Alfie en las últimas semanas no tenían esta información y no ayudaron al bien del niño. Por desgracia, también hubo algunos que usaron la situación con fines políticos”.
También ha recordado que el hospital Alder Hey cuidó de Alfie durante 18 meses “consultando a los mejores especialistas del mundo, por lo que la opinión de sus médicos de que no había posibilidad de ayudarle, era muy importante”. Recordemos que, a pesar de la petición explícita del papa Francisco, el hospital se negó a trasladar al niño al hospital Bambino Gesù e incluso a permitir a su directora Mariella Enoc visitar a Alfie con el fin de comprobar el estado del pequeño, que falleció el pasado 28 de abril. Finalmente, el cardenal asegura que “es muy complicado actuar en beneficio del niño cuando no coincide con los deseos de los padres, y por ello el tribunal debe decidir qué es lo mejor para el niño, y no para los progenitores”.