Cada vez queda menos para la canonización del beato mártir Óscar Romero, quien fuera arzobispo de El Salvador asesinado por su fe en 1980. Pero el ahora nuncio apostólico en Argentina, León Kalenga Badikebele, que hasta hace unos días ocupaba el mismo cargo en El Salvador y Belice, se ha reafirmado en su compromiso, anteriormente expresado, de que este obispo sea nombrado también Doctor de la Iglesia.
Según recoge el portal Terre d’America, Badikebele insistió en este punto en una reciente misa en El Salvador, y además insinuó que la canonización podría tener lugar en octubre de este año y que el propio Francisco podría visitar su tumba en una parada fuera de itinerario durante la JMJ de Panamá que tendrá lugar en enero de 2019. El principal promotor de este título para el arzobispo salvadoreño es el profesor Robert Pelton de la Universidad católica de Notre-Dame, en EEUU.
Pelton argumenta, entre otras cosas, que las homilías y escritos del beato se estudian aún hoy, casi 30 años después de su muerte, incluso en varias universidades. Defiende por tanto que merece la pena que Óscar Romero pase el arduo y minucioso proceso que se requiere para nombrar a un santo Doctor de la Iglesia, ya que hasta hoy solamente se ha concedido a 36 santos, siendo el más moderno santa Teresita del Niño Jesús, que murió en 1897.
El pasado fin de semana la Hermandad Dominicana de Salamanca organizó una comida solidaria en la Casa de la Iglesia de la ciudad, un edificio histórico propiedad de la diócesis. La polémica llegó cuando uno de los asistentes se subió a la barra para hacer un “striptease”, momento que quedó grabado en vídeo y ha circulado por la red durante esta semana.
Según informa Europa Press, el hermano mayor, José Fernando Iglesias, ha dimitido esta mañana, dimisión que el Obispado ha aceptado. Pero las “extraordinarias y graves circunstancias” han hecho que se constituya un equipo que tome el mando de la Hermandad temporalmente. Además se aplazará el Cabildo General de la misma, previsto para el próximo fin de semana, hasta que los comisarios nombrados por la diócesis “estimen que es oportuna su celebración en un clima de serena fraternidad”.
El cardenal Andrew Yeom Soo-jung, arzobispo de Seúl y administrador apostólico de Pyongyang, se mostró muy optimista el pasado lunes 30 de abril tras la histórica reunión entre los líderes de ambas Coreas en el paralelo 38. Yeom afirmó que la declaración que firmaron ambos dirigentes “es muy importante porque abre la vía para la paz y la reunificación a través de la desnuclearización”. Agradeció “los esfuerzos de los dos líderes por tomar la iniciativa de ambos bandos para dejar las armas y darse la mano en nombre de la paz. Espero ver una paz sostenible finalmente restaurada en nuestra tierra”.
Según recoge UCA, el arzobispo Hyginus Kim Hee-joong de Kwangju, presidente de la Conferencia Episcopal coreana, también alabó los resultados del encuentro: “Un nuevo capítulo ha comenzado en términos de coexistencia y paz para la península coreana, marcando el final de un largo periodo de confrontación y lucha (…) espero que este sea un gran paso hacia la paz en Asia y el mundo entero”. Por su parte, el obispo Lazarus You Heung-shik de Daejeon también comparte esta esperanza, pero recuerda que como católicos “es nuestra misión ayudar a que este proceso se lleve a cabo”.