“Durante casi 10 años hemos sido tratados como enemigos, porque luchamos en contra del abuso sexual y el encubrimiento“, leyó James Hamilton acompañado de Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo en la conferencia de prensa en Roma después de sus encuentros con el Papa Francisco. De inmediato agregó: “estos días conocimos un rostro amigable de la iglesia, totalmente distinto al que conocimos antes. El Papa nos pidió formalmente perdón, a nombre propio y a nombre de la iglesia universal”, confesó.
En su declaración confidenciaron que, con el Papa, “abordamos temas difíciles, como el abuso sexual, el abuso de poder y, sobre todo, el encubrimiento de los obispos chilenos. Realidades a las que no nos referimos como pecados, sino como crímenes y corrupción, que no se agotan en Chile, sino que son una epidemia”. En el escrito leído por Hamilton agregan que “no depende de nosotros que se lleven a cabo las necesarias transformaciones en la Iglesia. Esperemos que el Papa transforme en acciones ejemplares y ejemplificadoras sus cariñosas palabras de perdón. De no ser así, todo esto será letra muerta”.
Quién no informó al Papa
Esta información llegó a Chile calmando la tensión que viven los obispos aún desconcertados por la sorpresiva carta del Papa Francisco a todos ellos. Incluso a los eméritos, también convocados a reunirse con él.
Con ocasión del Día del Trabajador, el arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, se refirió a las noticias llegadas de Roma diciendo que “verlos contentos, sonrientes, es extraordinario, un tremendo paso, y ahora quizá lo único que falte y Dios quiera que le regale eso a ellos es que el mismo Fernando Karadima hable, que él pida perdón, yo creo que eso es lo que hace falta”, expresó el arzobispo a radio Cooperativa.
La sala de prensa del Vaticano anunció que no habrá comunicado sobre estos encuentros del Papa con los denunciantes de Karadima. Se dispone de lo que ellos mismos han expresado y lo que algunos corresponsales de prensa logran recoger de diversas fuentes. Uno de ellos, Luis Badilla, dice en su columna que “el apretón de manos al llegar, amable y gentil, severamente educado, reemplazado en la despedida con un cálido abrazo, prolongado y recíprocamente grato, es probablemente la imagen más acabada para resumir el encuentro”.
Agrega Badilla que “algunos interlocutores han observado en estas horas que el Papa Francisco se mostró siempre muy sereno y relajado, pero al mismo tiempo atentísimo y concentrado, y en muchos momentos de las conversaciones tomó apuntes. Como siempre fue cordial, a veces bromista, disponible y muy interesado también en la vida actual de Cruz, Murillo y Hamilton”.
Según Juan Carlos Cruz “quedó muy claro que evidentemente el Papa estaba mal informado. Lo peor ahí es quiénes informan mal al Papa”, dijo en la conferencia de prensa en Roma. En Santiago, el obispo auxiliar y secretario general del Episcopado, Fernando Ramos, señaló que “nosotros no sabemos bien cuáles son todos los canales o quienes le han informado”. “Yo puedo decir, agregó Ramos, que oficialmente, de parte del Comité Permanente y la Conferencia Episcopal, se le ha tratado de informar de la forma más clara al santo padre“. Sin embargo, “hay otros canales más formales e informales que nosotros no sabemos y yo creo que es una pregunta que tenemos que formularle al santo padre y su entorno cómo tuvo esas dificultades en esa información”, concluyó.
Delitos de abusos no prescriban
Otro tema planteado por los denunciantes en Roma surgió de las palabras de James Hamilton en el dialogo posterior en la conferencia de prensa. “Le pido aquí, públicamente, al Presidente de mi país, dijo Hamilton, que tome la decisión más sabia y a favor de las víctimas, que hoy en día lo necesitan para la paz social y en su corazón, la ley de imprescriptibilidad para abusos sexuales de menores y adolescentes”.
Hamilton sostuvo que “nos encantaría, por de pronto, contra el cardenal (Francisco Javier) Errázuriz, que lo consideramos como un encubridor de abuso y hoy en día se nos confirma aún más su acción criminal, lo mismo para el cardenal (Ricardo) Ezzati”. “Nos encantaría poder meterlos a todos en la cárcel, pero en Chile los abusos prescriben, desde el punto de vista penal, a los 5 y 10 años” lamentó.
Aunque respondiendo directamente a otro crimen en Chile, el presidente Sebastián Piñera sorprendió, dos días después de las palabras de Hamilton, al enviar al Congreso una indicación que establece la imprescriptibilidad total de los delitos sexuales contra menores, a fin de modificar así el actual proyecto de ley en trámite. Este podría llegar a ser un nuevo aporte derivado de la perseverante lucha que vienen dando las víctimas del acusado Fernando Karadima y que ya ha provocado este auspiciador terremoto en la iglesia chilena.