“Si los homosexuales quieren un símbolo cristiano de proximidad, el cardenal piensa en una celebración de oración de acción de gracias. Pero ciertamente no es un intercambio de consentimientos sellados por el intercambio de alianzas”. Así lo expresa Geert De Kerpel, portavoz del Arzobispado de Bruselas, parafraseando al cardenal Jozef De Kesel, quien se ha reunido con una organización LGTBI católica.
Tras escuchar a una delegación de la asociación, el cardenal “manifestó su preocupación por su bienestar y les expresó su respeto”, según el portavoz. En un intento por responder a sus preguntas, “el cardenal también abordó su relación, diferenciándola de un matrimonio cristiano entre un hombre y una mujer”. En este contexto, De Kesel explicó su deseo de responder a la petición de los homosexuales creyentes, comprometidos en una unión estable y duradera, que desean beneficiarse de un reconocimiento simbólico de la Iglesia. Sin embargo, no podría ser un “matrimonio religioso” ni una “bendición eclesiástica que se pareciera demasiado a la bendición de un matrimonio”, apuntó.
El purpurado les reconoció que “si hay cierta restricción en el punto de vista de la Iglesia, es para preservar aún más el gran valor del matrimonio y la familia”. Pero también señaló que no tiene “absolutamente nada” en contra de las uniones homosexuales, siempre y cuando se lleven a cabo en un contexto donde “la honestidad, la firmeza y la lealtad sean fundamentales”, según recoge La Croix.
Seis asaltos a parroquias en un mes. Esta es la situación que viven los templos de la comarca gallega de A Limia. El último se registraba en la noche del sábado 5 de mayo en el templo parroquial de San Estaban de Sandiás, de donde se llevaron dinero y joyas. Los ladrones consiguieron acceder al interior de la iglesia, tras forzar la puerta de entrada durante la noche. Todo parece apuntar a una banda que busca de forma sistemática dinero, joyas o cualquier otro elemento fácil de vender en el mercado, según recoge el diario local La Región.
Manuel Fernández Vidal, párroco del templo y que se enteró del robo cuando acudió a la iglesia a oficiar la misa dominical a las 11:30 horas, explica que “entraron tras forzar la entrada e iban a por las monedas del limosnero, pero lo peor es la puerta, que era de madera y tuvieron que hacer mucha violencia para descerrajarla”. Añade que “ahora habrá que ver si tiene arreglo o tenemos que hacer una nueva”. Además de las limosnas, los ladrones se llevaron los pendientes, de oro, y el collar de la Virgen.
“Están atacando por esta zona, debe ser una pandilla que se dedica a esto y la ha tomado con las iglesias de la comarca de A Limia”, señala el párroco de San Esteban, que apunta que dinero, en realidad, “se llevaron bastante poco, prácticamente nada, alrededor de 200 euros”. Por su parte, Miguel Ángel González, responsable de Patrimonio de la Diócesis de Ourense, apunta que “debe ser gente que conoce el terreno, que son del entorno o que previamente han preparado el robo”.
El próximo 17 de mayo tendrá lugar el referéndum que podría permitir al presidente Pierre Nkurunziza gobernar Burundi hasta 2034. Una idea a la que la Iglesia se opone. El borrador de la constitución extiende el período presidencial de cinco a siete años, permitiendo a Nkurunziza volver a postularse en 2020. Además, limitaría al presidente a dos mandatos consecutivos de siete años, sin tener en cuenta las legislaturas anteriores, según recoge CRUX.
Una declaración firmada por diez obispos indica que “no es el momento apropiado para hacer cambios profundos” en la Constitución. El presidente de la Conferencia Episcopal de Burundi, Joachim Ntahondereye, dijo que los cambios constitucionales propuestos no tienen en cuenta el artículo 299 de la Constitución actual que estipula que “no se debe considerar ningún procedimiento para revisar la constitución que ponga en peligro la unidad nacional, la cohesión de el pueblo de Burundi o la reconciliación”.
“Lo que notamos es que en lugar de unir al pueblo de Burundi, el borrador de la constitución parece haber empeorado las divisiones”, remarcó el obispo. Entrevistado por Radio Vaticano, el prelado expresó su temor de que el referéndum pudiera “revivir los viejos demonios de la división”. Y añadió que “podría haber discursos mal dirigidos durante la campaña en curso”. Por ello, sostiene que ahora existe un “clima de miedo” en la sociedad, donde “la gente tiene miedo a decir lo que piensa por temor a las represalias”.