Hoy se han hecho públicos los nuevos estatutos del Dicasterio para la Laicos, Familia y Vida. Tras la creación, hace dos años, de este dicasterio, se culmina uno de los pasos hacia la reforma de la Curia Romana que ha propuesto Francisco, dándole mayor espacio de gobierno al laicado. Los nuevos estatutos, que fueron firmados el pasado 10 de abril, entrarán en vigor el próximo 13 de mayo.
El dicasterio, que nació de la unión del Consejo Pontificio para los Laicos y al Consejo Pontificio para la Familia, se ocupará específicamente “de la promoción de la vida y del apostolado de los fieles laicos, en la pastoral de los jóvenes, de la familia y de su misión, de acuerdo con el plan de Dios y en la protección y el apoyo de la vida humana”. Teniendo en cuenta que animará el intercambio entre conferencias episcopales, Iglesias locales y otros organismos eclesiales para “que se promuevan los valores y las iniciativas relacionadas”.
Según muestran los primeros artículos de los nuevos estatutos, la presidencia del dicasterio recaerá en un Prefecto, pero a partir de ahí comienza el papel del laicado, ya que estará asistido por un secretario, “que podría ser un laico, y al menos dos subsecretarios laicos”. Los miembros del departamento curial mostrará la diversidad entre los creyentes, así define que pueden ser “fieles laicos, mujeres y hombres, solteros y casados, comprometidos en diferentes campos de actividad y procedentes de diversas partes del mundo, reflejando así el carácter universal de la Iglesia”.
Una de las tareas encomendadas al dicasterio es la de favorecer “en los fieles laicos la conciencia de corresponsabilidad” dentro de la Iglesia observando la diferencia de carismas. La acción evangelizadora de los laicos se convierte en acción preferente, con el espíritu de ‘Gaudium et Spes’, la constitución del Concilio Vaticano II. Para fomentar la participación del laicado en cualquier ámbito eclesial remarca su participación “en la instrucción catequética, en la vida litúrgica y sacramental, en la acción misionera, en las obras de misericordia, de caridad y de promoción humana y social”.
El departamento curial será quien apoye las iniciativas que surjan desde la sede petrina en el ámbito de la pastoral juvenil, con una tarea clave, “la preparación de las Jornadas Mundiales de la Juventud”. Con esto quiere expresar el interés especial de la Iglesia por los jóvenes, “promoviendo su protagonismo en medio de los desafíos del mundo actual”. Para las mujeres también reserva un artículo específico, ya que el dicasterio quiere contribuir “a la reflexión eclesial sobre la identidad y la misión de las mujeres en la Iglesia y en la sociedad, promoviendo su participación”.
Del mismo modo, la atención pastoral de las familias, la protección de su dignidad “basado en el sacramento del matrimonio”, para favorecer sus derechos y responsabilidades tanto en la Iglesia como en la sociedad civil. El seguimiento de las actividades de “los institutos, asociaciones, movimientos y organizaciones católicas, nacionales e internacionales, cuyo propósito es servir al bien de la familia” entra dentro de las tareas del dicasterio.