Cultura

‘Jesucristo Superstar’, el musical que no envejece

  • Ted Neely, su protagonista: “Solo soy un pequeño batería de Texas, pero el papel de Jesús me ha dado la vida”
  • A sus 74 años, el actor y músico está de gira por España con la famosa ópera rock, con la que alcanzó la fama en la versión cinematográfica de 1973
  • Reportaje completo solo para suscriptores





Dios se hace hombre sobre un escenario y cantando rock and roll. “Ver a Jesús a través de los ojos de todos los que le conocieron, la historia de la última semana de vida de un hombre, solo un hombre al que todos proyectan sus deseos y debilidades”. Es como lo ve –y lo interpreta– Ted Neely (Ranger, Estados Unidos, 1943), para siempre ‘Jesucristo Superstar’. “Espero que tantos años interpretándolo me haya convertido en mejor persona”, afirma a sus 74 años, con más de 45 transformándose en el Hijo de Dios sobre los escenarios. “Es toda una vida”, afirma. Y tanto. “No me aburro porque me encanta la conexión que se crea con el público cada noche. ‘Jesucristo Superstar’ inspiró y sigue inspirando a muchas personas”, añade.

No es para menos. Con las funciones de Barcelona y Madrid, Ten Neely, cree que supera las cinco mil representaciones de la ópera-rock que Andrew Lloyd Webber y Tim Rice compusieron a partir de la idea genial de Ian Gillian, cantante de Deep Purple. “Explica la historia desde el punto de vista de Jesús como ser humano. Por eso todo el mundo puede conectar con ella. Además, la música es un lenguaje universal. En mi época, nos movía el rock and roll pero para todos aquellos que no eran jóvenes, como yo entonces, no lo vivían igual. Lo veían como una cosa terrible. El rap y el hip-hop tampoco tuvieron demasiado reconocimiento en sus inicios y mira ahora”, señala Neely. “Al principio hubo muchas protestas por considerar la obra sacrílega. Pero eso ya es historia –continúa–. Desde hace años la gente acude al teatro sabiendo las canciones y vive el espectáculo como si fuera una celebración. Es asombroso”.

De generación en generación

Neely sabe que el espectáculo triunfa –lleva entusiasmando desde que, en 1971, se estrenara en Nueva York la versión teatral del álbum conceptual que Ian Gillian grabó un año antes– por “la abrumadora belleza” de sus números musicales, pero sobre todo porque Tom O’Horgan, su primer director, supo captar la “espiritualidad esencial” de Jesucristo. Aunque O´Horgan, con el que había coincidido en el musical Hair (1969), no fue quien le dio a Neely la fama –le contrató para el coro y como suplente de Jeff Fenholt, el primer Jesucristo en Broadway, aunque Neely se había presentado para el papel de Judas–, sino que la oportunidad le llegó con Norman Jewison y la versión cinematográfica que en 1973 hizo del musical. “Solo soy un pequeño batería de rock de Texas, no soy Jesús, pero me ha dado la vida. Es el papel más importante de mi carrera”.

Ahora espera escenificarlo frente a Francisco. “Desde aquel año 1971, siempre me reúno con los espectadores después de la representación y muchos me cuentan que, gracias a la obra, han retomado su fe”, reconoce el cantante. Y es que, añade, el primer convencido es él: “Intento ir a la iglesia tanto como puedo. Para mí es importante, pero mucha gente ha encontrado la fe o se ha reencontrado con ella gracias al filme o el musical. Tiene el don de conectar con todo tipo de gente, porque habla de la fe y eso es algo que nos toca a todos”.

Compartir
Etiquetas: música
Noticias relacionadas










El Podcast de Vida Nueva