No hay lugar en la Iglesia para monasterios de monjas de clausura aislados, que vayan por su cuenta y no se asocien con otras comunidades que compartan el mismo carisma. Con la mitad de los conventos de religiosas de vida contemplativa sin formar aún parte de una federación, el Vaticano insiste en esta obligación para evitar el aislamiento, prestarse “mutua ayuda fraterna” y vivir así el “el valor irrenunciable de la comunión”.
Es este uno de los puntos principales de ‘Cor Orans’, la instrucción publicada hoy, 15 de mayo, por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA) para explicar cómo aplicar la constitución apostólica del Papa Francisco ‘Vultum Dei quaerere’, que vio la luz en julio de 2016.
Este nuevo documento aclara “las disposiciones de la ley, desarrollando y determinando los procedimientos para ejecutarla” y responde a las necesidades planteadas por las propias religiosas. “En diversas ocasiones manifestaron al dicasterio el deseo de ser ayudadas a entender cómo declinar las indicaciones de la constitución apostólica, tanto en el concreto de la vida cotidiana ordinaria como frente a situaciones extraordinarias”, explicó durante la presentación ante la prensa de ‘Cor Orans’ el secretario de la CIVCSVA, el arzobispo franciscano gallego José Rodríguez Carballo.
Colmadas las “lagunas legislativas”
La obligación a formar parte de una federación, cuya presidenta tendrá amplias responsabilidades aún sin llegar a ser una superiora general, sólo podrá evitarse cuando se cuente con una dispensa especial de la Santa Sede y se planteen “causas objetivas y justificadas”. En caso contrario toca federarse bajo riesgo de ver disminuida la autonomía efectiva de la comunidad. El apartado 46 (de 289 en total) de ‘Cor Orans’ lo deja claro: “Cuando en un monasterio autónomo las profesas de votos solemnes llegar a ser cinco, la comunidad de dicho monasterio pierde el derecho de elegir a su propia superiora”.
En esa situación entra en escena la presidenta federal, a la que le toca informar a la Santa Sede para nombrar una comisión que presidirá el capítulo electivo. También debe nombrar una superiora administradora “después de oír a cada uno de los miembros de la comunidad”. Monseñor Carballo consideró que, en los 70 años que llevan funcionando, las federaciones han recorrido ya un largo camino que ha ofrecido muchas “ventajas” para los monasterios, pero también se han evidenciado “límites” y “lagunas a nivel legislativo” que se ver corregidos y colmados con la nueva instrucción promovida por la CIVCSVA.
‘Cor Orans’ recoge las peticiones planteadas por las religiosas de vida contemplativa y deroga algunos cánones de derecho canónico, por lo que ha sido necesaria la aprobación específica del papa Francisco, que tuvo lugar el pasado 25 de marzo.