A la Iglesia en salida que propone el papa Francisco en ‘Evangelii gaudium’, le corresponde un laicado en salida. Y a reflexionar sobre sus características, han dedicado los obispos españoles su mensaje ‘Discípulos misioneros de Cristo, Iglesia en el mundo’, con motivo del Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, que se celebra este 20 de mayo, domingo de Pentecostés.
En esa Iglesia en salida, los laicos “ocupan un lugar privilegiado”, según señalan los pastores de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, que desgranan una serie de requisitos para conseguir ese “laicado en salida”, es decir, “unos laicos bien formados, maduros, animados por una fe sincera y límpida, cuya existencia haya sido tocada por el encuentro personal con Cristo Jesús”.
Para convertirse en esos laicos en salida de los que habla el Papa –”laicos que se arriesguen, que se ensucien las manos, que no tengan miedo a equivocarse, que salgan adelante”–, los obispos españoles piden a estos bautizados:
1.- Poner al Señor en el centro de la propia existencia.
2.- Nutrirse de la oración, la escucha de la Palabra y de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía.
3.- Vivir en el amor y la fidelidad a la Iglesia.
4.- Estar atentos a las necesidades de sus hermanos, especialmente de los más pobres y excluidos, para convertirse en oasis de misericordia, luchando por un mundo más justo y solidario.
5.- Encarnar la vocación al Amor, especialmente en lo cotidiano (familia, trabajo, ocio, etc.), sabiendo acoger y aprender de todos.
6.- Comprometerse con el cuidado y respeto de la creación.
7.- No dejarse robar la alegría ni la esperanza, pues se ha puesto plenamente la confianza en el Señor.
Por otra parte, el mensaje episcopal reconoce la variedad de carismas existente en el apostolado seglar, “que ha enriquecido a la Iglesia”, y piden para que “todos sirvan para el bien común, para la edificación de la Iglesia”.
Y concluyen recordando el Sínodo sobre los jóvenes del próximo mes de octubre, porque “no podemos olvidar que nuestra Iglesia está llamada a escuchar a los jóvenes y dejar que asuman el protagonismo en la tarea de la evangelización, en comunión con los adultos, con las familias”.