El jesuita estadounidense, editor general de la revista America Magazine y consultor, nombrado por Francisco, de la Comunicación Vaticana, es uno de los escritores más leídos y debatidos en EE.UU. En la actualidad se encuentra promocionando su último libro titulado ‘Un puente por construir. Una nueva relación entre la Iglesia y las personas LGTB’, que quiere ser “una reflexión útil para favorecer el diálogo, el conocimiento y la comprensión recíproca”.
Para Martin, la situación que viven las personas LGTB, especialmente los católicos, es muy negativa: “Ningún grupo de católicos es tan maltratado en la Iglesia. Han sido tratados como leprosos”. El jesuita denuncia que el catecismo hable de ‘inclinación objetivamente desordenada’. “Mucha gente LGTB me ha dicho que esta frase duele profundamente”, porque “para una persona LGTB significa que una parte esencial de sí misma está desordenada”.
Antonio Marto, obispo de Leiria-Fátima, que fue nombrado ayer, 20 de mayo, cardenal por Francisco durante el rezo del Regina Coeli, mostró su alegría y su sorpresa por el nombramiento: “Estaba sorprendido, soy un hombre emotivo y los ojos se me llenaron de lágrimas”. Para Marto, su nueva posición “es un servicio que la Iglesia me pide”, porque “no aspiro a lugares de poder”, recordando como su padre, el día de su ordenación le indicó que no dejase “que el poder se te suba a la cabeza”.
“Por el momento, quiero colaborar con el Papa Francisco en la reforma de la Iglesia“, quiso compartir el nuevo cardenal, que asume su nombramiento como “un voto de confianza en Papa en su humilde persona”. “Él sabe bien qué es lo que pienso y sabe que tiene en mi un apoyo en toda la reforma que está llevando a cabo en la Iglesia”, concluyó.
Juan Pablo López Mendía, sacerdote nacido en Logroño, ha concedido una entrevista al diario El Mundo tras volver a España después de pasar 21 años en Benín, donde logró crear un pequeño oasis en el pueblo de Fô-Bouré con dispensarios médicos, pozos y farolas con energía solar. El misionero destaca como imagen que se le ha quedado grabada “la sonrisa de la gente y sus ganas de salir adelante”.
López Mendía afirma que vivir en pleno siglo XXI sin luz ni agua es “un horror”. Para el sacerdote “tiene que haber una mínima dignidad. No es tanto pedir que la gente tenga agua, luz, una escuela o un dispensario para curarse”. Además, destaca la labor de las mujeres en la evolución de su misión: “Es un trabajo de muchos años. Les hemos dado formación en higiene y nutrición”.