“El Papa no me llamó para preguntarme. Me enteré por la radio y me quedé sobrecogido, pero con mucha paz, porque viniendo de Francisco me da seguridad, no solo por lo que significa la figura del Papa sino por lo que me inspira él como persona”. Fue esta la primera reacción del padre Aquilino Bocos, cuando el pasado domingo a mediodía el Papa le nombraba nuevo cardenal de la Iglesia.
En una rueda de prensa celebrada hoy, 22 de mayo, en el Instituto Teológico de la Vida Religiosa (ITVR), que él mismo ha impulsado desde sus inicios, el padre Aquilino agradeció a Francisco el nombramiento y aprovechó para recordar algunos encuentros con él, pero, sobre todo, los alegatos de Jorge Mario Bergoglio a favor de los consagrados. “Recuerdo perfectamente cuando en Roma se llegó a decir: ‘La vida religiosa ha muerto, vivan los movimientos’. El cardenal Bergoglio tuvo entonces unas intervenciones preciosas en defensa de los religiosos”, manifestó este religioso de 80 años que recogerá la birreta de manos del Papa el próximo 29 de junio.
“Es un reconocimiento a su persona, a su trabajo en la vida de la Iglesia como claretiano, para la Vida Consagrada en unos años que no han sido fáciles, porque quizá había otras maneras de pensar. Es un reconocimiento a la dirección, a la marca y a la tarea que propuso el padre Aquilino, no solo para los claretianos, sino para todos los consagrados”, alabó el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que quiso participar en la rueda de prensa. “Nunca ha escondido lo que ve, siente y piensa”, subrayó de la personalidad de Bocos.
“Desde que fue elegido Papa no ha ocultado que es religioso. Ha tenido gestos extraordinarios hacia los religiosos que no se podían esperar en otros pontificados”, subrayó Bocos, que hizo hincapié en cómo los religiosos han sufrido “el rechazo, la no aceptación” en algunos espacios eclesiales, lo que le llevó a reivindicar “las relaciones mutuas” con el clero, reivindicando ese postulado de Francisco en defensa de “la armonía entre las vocaciones al estilo del cardenal Pironio, que fue quien publicó el documento ‘Mutuae Relationes’”. A partir de ahí, destacó que “Francisco y Pironio son dos almas gemelas”.
En este sentido, el religioso claretiano subrayó cómo estas relaciones son una realidad en la archidiócesis de Madrid: “No hace falta hacer planes con Osoro para mejorar estas relaciones, porque ya lo está haciendo. Sin grandes discursos, está fomentando en el día a día la vinculación de los sacerdotes, religiosos y laicos de esta diócesis. Tenemos que dar gracias a Dios porque el cardenal de Madrid tenga este espíritu de articulación y armonía”.
Aquilino se convierte en cardenal justo cuando se cumplen 55 años de su ordenación, un hecho que no le hace sino reforzarle en su vocación como sacerdote y como educador: “Si no existiera la FERE –hoy Escuelas Católica–, habría que fundarla, por su servicio no solo a la escuela sino a la pastoral familiar y a la pastoral social. Hoy los colegios están haciendo un gran servicio, reflexionando mucho sobre la misión compartida y apostando por las fundaciones. Nunca perderán calidad, serán un referentes y estoy convencido de que tendrán un papel todavía más comprometido e incisivo”.
“Hemos recibido llamadas de todo el mundo, lo que refleja la alegría que ha supuesto para toda la Iglesia en general y para los claretianos, en particular”, destacó Carlos Martínez Oliveras, actual director del ITVR, sobre el nuevo purpurado que ha sido un referente no solo para los claretianos como superior general, sino también al frente de las escuelas católicas en España, así como en Roma a través del Consejo de la Unión de Superiores Generales y de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.