El Centro Pastoral San Carlos Borromeo fue el espacio elegido por el actor Willy Toledo para compartir con la prensa su decisión de no presentarse hoy, 22 de mayo, ante el juez en el proceso en el cual se le acusa de un delito de ofensas contra los sentimientos religiosos. Pese a que la vista estaba organizada para hoy, una huelga en los juzgados ha hecho que se posponga hasta el próximo 28 de junio.
El actor, tras conocer que a unas mujeres le habían abierto un juicio oral por la ‘procesión del coño insumiso’ que llevaron a cabo en Sevilla, mostró su disconformidad en su página de Facebook, lanzando algunos improperios contra el dogma de la santidad y la virginidad de María entre otras reacciones fuera de lugar. La asociación de abogados cristianos denunció al actor, que ya decidió no acudir al juzgado por primera vez hace unas semanas.
Toledo, que se vio arropado por otros actores como Javier Bardem o Leo Bassi, acompañado de sus abogados, consideró que no ha cometido “ningún delito y por lo tanto no hay ninguna necesidad de que yo comparezca ante un juez para declarar sobre mis sentimientos religiosos, mi ideología, mi manera de pensar”, mientras aseguraba que “la Constitución me ampara en estos hechos”.
“Cada vez que tú emites una opinión -continuó el actor-, es obvio que las personas que abracen la opinión contraria se van a poder sentir ofendidas. Yo también me siento ofendido por muchas expresiones que escucho, pero sin embargo no se me ocurre ejercer acciones legales, persecutorias e inquisitoriales contra quien opina distinto a mí”.
Javier Baeza, sacerdote de San Carlos Borromeo, justificó la decisión de albergar la rueda de prensa, pues, “como comunidad religiosa, pensamos que nadie puede ser perseguido por sus ideas”.
Por su parte, el arzobispado de Madrid envió una nota pública en la que aseguraba no haber autorizado el uso del Centro Pastoral para la rueda de prensa que consideran “un acto de tipo político en los que se confunde la fe con la ideología”. Mientras recuerdan el derecho a la libertad religiosa y pide que se acabe “el insulto grosero y gratuito” que genera discursos de odio y que, “en ningún caso, puede ser amparado por la libertad de expresión”.