El nuevo cardenal de Madagascar, el arzobispo de Toamasina, Désiré Tsarahazana, mostró, en Radio Don Bosco de la isla Africana, su sorpresa por formar parte de tan selecto grupo: “Estoy sorprendido por esta designación. Esta es la voluntad de Dios. Lo acepto con fe”. “Eso significa que el país importa. También es un consuelo para la población frente a todo lo que soportan. Ahora podemos compartir lo que está pasando directamente con el Papa. Es un gran honor para la nación malgache, pero también una gran responsabilidad para mí”, compartió con los oyentes.
El neocardenal se plantea las razones que le han llevado a convertirse en purpurado, ya que “la gente está sufriendo y necesita apoyo, creo que para eso fui designado cardenal”. Sabiendo que la responsabilidad con las personas es grande continuó elevando el listón hablando de la Iglesia que “debe tener cuidado de no defraudar al pueblo. Animarlos tratando de ser dignos de Dios”.
“Matar gente en un lugar de culto es un asalto a Dios… Matar a un sacerdote de Dios es una abominación”. Estas fueron las palabras que el cardenal John Olorunfemi Onaiyekan, obispo de Abuja, compartió en la homilía del funeral por los asesinados en el ataque a la Iglesia que se produjo en el estado nigeriano de Benue, con el resultado de la muerte de los sacerdotes Joseph Gor y Féliz Tyolaha y 17 feligreses más.
Estos ataques contra cristianos se suman al conflicto por las tierras fértiles que está enfrentando a los pastores, musulmanes de la etnia Pël contra los agricultores, mayoritariamente cristianos. Siguiendo una directiva de la Conferencia Episcopal Nigeriana, los obispos lideraron las diferentes manifestaciones pacíficas que reunieron a miles de personas a lo largo del país, en protesta por los ataques.
Javier Román, obispo de la diócesis de Limón en Costa Rica, envió una carta al nuevo presidente del país, Carlos Alvarado, en el que reclama mayor protección para los pueblos indígenas costariqueños: “¡Nuestros nativos necesitan una comisión para defender sus derechos humanos!” y que de este modo se pueda “intervenir de manera sistemática y por muchos años ante las muchas y permanentes violaciones de los derechos humanos fundamentales que sufren estos hermanos”.
“Nuestros pueblos indígenas se están muriendo de hambre por falta de atención médica, necesitan carreteras, puentes, escuelas, proyectos productivos, seguridad y oportunidades de trabajo“, continuó en su petición. Esta concluyó reconociendo el buen hacer del nuevo presidente Alvarado: “Por su experiencia como ministro, sabemos de su sensibilidad social y de su deseo de hacer las cosas bien. Comencemos por hacer justicia a estos hermanos, que realmente necesitan el apoyo de todos, hoy”.