Nada menos que 33 años después, vuelve la Pastoral de Juventud a convocar a los jóvenes de todo el país para trazar las líneas de pastoral que se desarrollarán en el futuro próximo. Consignas como “Iglesia en salida”, comprometerse para transformar las problemáticas, no “balconear” y no dejarse robar la esperanza, los acompañarán a lo largo del trabajo pastoral que realicen.
Antes de asistir a la Adoración Eucarística, los jóvenes escucharon y vieron el mensaje del Papa Francisco. De acuerdo al lema del Encuentro -‘Con vos renovamos la historia-, les aseguró que cada joven puede renovar la historia: “¡La renovó una chica de 16 años que en Nazaret dijo Sí! ¡Podés renovar la historia!”.
El Papa utilizó tres palabras para marcar su mensaje: presencia, comunión y misión.
Presencia porque “Jesús está con nosotros, está presente en nuestra historia… camina con nosotros, aunque no lo conozcamos, pensemos en los discípulos de Emaús”. Les sugirió que para recorrer este camino de ayudar a levantar a otros… necesitamos de los encuentros personales con Jesús, momentos de oración, de Adoración y sobre todo de escuchar la Palabra de Dios”. Y preguntó: ¿cuántos de ustedes leen dos minutos el Evangelio en el día? Dos minutos, eh. “… mientras vas en el bus, mientras vas en el subte, en el tren, o te parás y te sentás en tu casa, lo abrís y leés dos minutos, ¡probá! Y vas a ver cómo te cambia la vida, ¿por qué?, ¡porque te encontrás con Jesús!”.
Comunión porque “no vamos solos escribiendo la historia, algunos… piensan que solos o con sus planes van a construir la historia; ¡Somos un pueblo! Y la historia la construyen los pueblos”. “Jesús cuenta con vos… con cada uno. Los invito a ser partícipes, protagonistas desde el corazón, de este acontecimiento especial, tan importante, no se queden al margen, comprométanse, digan lo que piensan… vos, ¿cómo vivís?, ¡compartí lo que vivís!”.
Misión porque se nos llama a ser “Iglesia en salida, en misión. Una Iglesia misionera, no encerrada en nuestra comodidades y esquemas, sino que salga al encuentro del otro”. “Muchas veces han oído decir que ustedes son el futuro, en este caso el futuro de la Patria, el futuro está en las manos de ustedes, es verdad, porque nosotros nos quedamos, y ustedes siguen; pero cuidado, un futuro sólido, un futuro fecundo, un futuro que tenga raíces”.
Finalmente los invitó a mirar a María, “la Virgen del Rosario, que supo estar cerca de su Hijo, acompañándolo en sus misterios de gozo y de dolor, de luz y de Gloria”. Y les pidió: “por favor, no se olviden de rezar por mí, para que sepa transmitir las raíces a las nuevas generaciones, que las hagan florecer en el futuro, y ¡eso son ustedes! ¡Gracias!”.
Durante estos días, los jóvenes asistieron a charlas y talleres. Pero cada día reservaba una actividad concreta. El viernes por la tarde, se congregaron en el Monumento Nacional a la Bandera, símbolo de un 25 de mayo lleno de significación patriótica. Entonado el Himno Nacional se lanzaron a una peregrinación por el centro rosarino para expresar el ‘Sí a la Vida’. Los animadores llamaron a “cuidar toda vida”, sobre todo la vida del “joven vulnerable”.
Más tarde, el arzobispo de Rosario, Eduardo Martín, en la Misa de Apertura, les agradeció la presencia y la decisión libre de asistir. Hizo referencia a la importancia del encuentro de Dios con los hombres. “El encuentro con Cristo marca un antes y un después en el camino de la vida. El encuentro con Cristo nos hace plenamente humanos”.
Recordó que la historia que se renueva es la de “nuestras vidas y la de nuestro pueblo”. Desde la pertenencia a Cristo y la Iglesia, “los invitamos a meterse, a comprometerse en la construcción de una Patria más fraterna y más justa…”. Y les pidió: “… dejen que Jesús les robe el corazón. Y como la Virgen María en las bodas de Caná: hagan lo que Él les diga. Así con Él y con vos renovemos nuestra historia y la de nuestra Patria”.
En la jornada del sábado, los jóvenes realizaron gestos misioneros: visitaron hogares, comedores, la cárcel, hospitales, comprometiéndose con estas problemáticas concretas. También participaron de espacios de transformación de la realidad. Al anochecer, escucharon el mensaje del Papa y luego hubo una Adoración Eucarística y otros actos culturales.