“De este dolor saldrá algo bueno, una vida nueva para la Iglesia”, dijo el obispo a la comunidad de Paredones cuyo párroco apareció en la denuncia hecha por un programa de televisión
Un escándalo comparable al de Fernando Karadima, párroco de El Bosque, estalló en la diócesis de Rancagua, a 80 kilómetros al sur de Santiago, que cuenta con 67 parroquias y 74 sacerdotes diocesanos.
El programa central de noticias del canal 13 de televisión del viernes 18 de mayo incluyó un especial presentado como ‘investigación periodística’ en base a la información de Elisa Fernández, quien fue coordinadora de la pastoral juvenil de esa diócesis. A fines de 2016 ella presentó al obispo Alejandro Goic un documento en el que nombra a 14 sacerdotes describiendo para cada uno de ellos hechos que podrían ser motivo de acusaciones. El obispo consideró que no eran datos suficientes para acogerlos como denuncia y le pidió más información probatoria. Elisa volvió en otras dos ocasiones, en las que según el obispo no aportó pruebas. En una cuarta ocasión fue filmada por personal del canal de televisión, imágenes que forman parte del especial.
Dos meses antes había presentado los mismos datos como denuncia ante la Fiscalía y abrió una cuenta en Facebook a nombre de un muchacho de 16 años de nombre ‘Pablo’. El párroco de Paredones, Luis Rubio, contactó esa página, hizo insinuaciones eróticas y envió fotografías suyas desnudo. Todo esto es el principal material del programa de televisión, agregando que la denuncia de Elisa habla que en la diócesis hay una organización, ‘La Familia’, integrada por sacerdotes para desarrollar actividades impropias. Las imágenes del sacerdote provocando a un menor (aunque ficticio) hablan de posible pedofilia y, por extensión, la acusación se ha aplicado a todos los sacerdotes.
Fue devastador. Las comunidades parroquiales, muchas de ellas integradas por gente sencilla de sectores rurales, quedaron demolidas, sin entender bien lo que estaba ocurriendo. En los medios de comunicación masivos y en las redes sociales e multiplicaron las opiniones acusando a estos sacerdotes y al obispo.
Entrevistado por el diario local, Goic señaló el escándalo producido por el programa de televisión y que por esto “actué tomando medidas cautelares y abriendo un proceso de investigación previa con el sacerdote mencionado en el programa. El nombre de este sacerdote está en la carta que me entregó la Srta. Elisa Fernández a fines del 2016, con otros nombres y datos relativos a hechos de menor gravedad y distinta naturaleza a los difundidos”, dijo. Reiteró que la información recibida entonces no era suficiente para justificar una denuncia o una investigación.
Goic presidía el Consejo Nacional para la prevención de abusos en la Conferencia Episcopal de Chile y renunció al cargo para dedicarse completamente a acoger nuevas denuncias si llegaran, a asegurar la atención sacerdotal de las 13 parroquias a cuyos párrocos les fue restringida la función sacerdotal y debieron dejarlas, y a conducir los procesos investigativos para darles pronta solución.
Han sido designados sacerdotes que atiendan en esas parroquias sus compromisos pastorales y las actividades propias de la vida parroquial. También ha pedido a sus laicos dirigentes que continúen con todas las actividades parroquiales. “En estas comunidades, dijo Goic, hay mucha gente sufriendo y quiero hacerles llegar mi cercanía y mi apoyo”. Para eso el domingo llegó a la parroquia de Paredones donde presidió la Misa, celebró un bautismo y un funeral, y se reunió con casi 80 agentes pastorales durante dos horas. “Para todos fue reconfortante, en medio de tanto dolor, que el obispo haya compartido con nosotros todo el día”, dijo Angélica Castro a Vida Nueva.
En su homilía en Paredones, el obispo dijo que “lo que ha hecho crisis en la Iglesia es la falta de fidelidad a Jesús y por eso este es un momento maravilloso para que todos volvamos nuestra mirada a Jesús y lo coloquemos a Él en el centro”. Luego agregó: “Puedo asegurarles en medio del dolor que tenemos todos, y especialmente esta querida comunidad de Paredones, que estamos haciendo todo lo posible para que se esclarezcan las diversas situaciones. Pero lo que no podemos permitir es que se condene a todos sin conocer verdaderamente cada uno de los hechos”, expresó.
Goic concluyó su homilía recordando que “en el monte Calvario (Jesús) estaba con los brazos abiertos, crucificado. Y en esa cruz, en la máxima impotencia, cuando parecía que todo se acababa, todo comenzaba. Porque en esa cruz Jesús salvó al mundo. Hoy hay muchos hermanos nuestros crucificados. Con razón o sin razón. Y ustedes también están sufriendo, están viviendo la cruz. Pero no se olviden que ¡en esa cruz Jesús redimió al mundo! Yo tengo la certeza absoluta que de este dolor de Paredones y de otras parroquias saldrá algo bueno, una vida nueva, una Iglesia más fiel a Jesús que debe ser nuestro horizonte y nuestra búsqueda”, finalizó.
Un espontáneo y prolongado aplauso selló sus palabras. Al término de la Misa el obispo saludó a cada uno de los asistentes muchos de los cuales le expresaron su dolor, su desconcierto, sus temores, junto con la gratitud por tenerlo allí, acompañándoles.