“Yo lo que quiero es ser fiscalizado por los ciudadanos, por la sociedad en su conjunto, porque es a quienes nos debemos”. Así se manifestó el vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal, Fernando Giménez Barriocanal, invitado esta mañana de los desayunos Nueva Economía Fórum en el Hotel Westin Palace de Madrid. Tras una alocución inicial del también presidente de Cope y TRECE televisión –presentado por el secretario general de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo–, abordó en el turno de preguntas cuestiones tan variopintas como su opinión sobre la moción de censura o la no renovación de Juan Pablo Colmenarejo por Cope.
“Fernando no es un superhombre, solo un padre de familia de convicciones cristianas”, dijo de él Gil Tamayo ante los asistentes al encuentro, que respaldó su gestión al frente de Cope y aplaudió sus logros como vicesecretario para Asuntos Económicos del Episcopado; desde el sistema de asignación tributaria a la Oficina de Transparencia de reciente creación. “Es un trabajador incurable que comienza a mandar correos a las cinco de la mañana, vive dos vidas a la vez, sigue trabajando y estudiando a la vez”, elogió.
Antes del turno de preguntas, Giménez Barriocanal alertó en su alocución previa a los asistentes de la sociedad líquida y la dictadura del relativismo, de la cultura del descarte, del individualismo galopante, las migraciones, la debilidad de la familia, el emporio tecnológico, las fake-news… Y de cómo la Iglesia sale al encuentro de estas realidades reivindicando su papel en materia social, educativo, como agente imprescindible como garante de la democracia. “No barro para mi casa sino por la libertad de los españoles”, dejó caer.
“Muchas veces se exige a la Iglesia que no se meta donde no la llama: política, asuntos sociales… Que se dedique a rezar y punto. Sin embargo, el Papa es claro en este sentido. El cristianismo no es una filosofía ni una religión convencional, es la experiencia de un Dios encarnado”, subrayó. “No somos una ong ni respondemos de una manera altruista sino desde la necesidad de comunicar el amor de Dios”, añadió, a la vez que repasó lo que la Iglesia aporta en la sociedad a través de sus colegios, hospitales, museos, centro de ayuda…
Así, a modo de ejemplo, señaló cómo “la Iglesia está con las personas solas. Hay 11.000 parroquias rurales donde el único agente de referencia que hay es el párroco. visiten el Cottolengo de Algete, las residencias de las Hermanitas de los Pobres, cualquier centro de Cáritas…”.
Un tema recurrente en todas las comparecencias públicas del máximo responsable de la economía de la Iglesia española, es la vigencia de los acuerdos Iglesia-Estado y la constante referencia de socialistas y Podemos sobre su derogación cuando se acerca un período electoral. “Llevo 25 años en la Conferencia Episcopal y este asunto aparece de forma constante”, comentó para explicar que “la Constitución insta a los poderes públicos a firmar acuerdos de colaboración con las confesiones. Algunos acuerdos han funcionado bien y otros regular y estamos abiertos a cualquier propuesta en este marco. No estamos atrincherados en una serie de privilegios, no es verdad”.
El pasado mes de diciembre el Tribunal de Cuentas anunciaba que fiscalizará por primera vez a la Iglesia y auditará las partidas de gastos e ingresos. También hará lo propio con el resto de confesiones religiosas. Ante esta decisión, Giménez Barriocanal expuso que “actualmente recibimos del IRPF 256 millones y en nuestra contabilidad se detalla dónde va. Además, está supervisado por una auditoría externa”. En esta línea dejo que “si hay que revisar o mirar algo más, no hay ningún problema”.
“Yo lo que quiero es ser fiscalizado por los ciudadanos, por la sociedad en su conjunto, porque es a quienes nos debemos”, remarcó para subrayar cómo la vía de la transparencia en la que ha entrado en Episcopado español se presenta en este sentido “como una oportunidad para contar bien la vida de la Iglesia”.
“Somos una sociedad mendicante, nos debemos a la sociedad. Estamos para servir y lógicamente eso conlleva pedir. Pero lo que queremos es servir”, completó Gil Tamayo.
“Para comunicar lo que es y lo que hace, la Iglesia tiene que actuar. En unas ocasiones se hacer bien las cosas y en otras no. Cuando aparece algún escándalo, todos nos sentimos culpables”, lamentó. Desde ahí, reivindicó la necesidad de que la Iglesia tenga medios generalistas, como Cope y TRECE. “No deben concebirse como diques de contención o defensa, sino de proponer un modelo social, con vocación de servicio y con compromiso con la verdad. Queremos ser referentes y dar un mensaje claro en tiempos de cambio: contribuir a la sociedad”, defendió en su discurso.
El presidente de TRECE desmintió que la televisión tenga una deuda de 68 millones de euros: “No queremos hacer un medio de centro derecha moderado, eso no me lo han pedido los obispos. Nos han pedido algo parecido a Cope en un ámbito tan difícil como la televisión, porque es dificilísimo y el mercado publicitario está polarizado”. Así justificó la presencia del canal desde la audiencia diaria de la misa televisada que alcanza los 68.000 espectadores, “que es algo así como llenar el Metropolitano o el Bernabéu todos los días”.
Ante las preguntas por la no renovación de Juan Pablo Colmenarejo al frente de La Linterna de Cope, Giménez Barriocanal apuntó: “Tenemos un gran agradecimiento a todos los comunicadores. No se toman decisiones caprichosas sino fruto de estudios técnicos y una decisión colegiada. Me ha costado mucho tomar esta decisión, incluso por cuestiones personales”.
Preguntado por Radio María, defendió la existencia de modelos generalistas y temáticos: “Cope no es competencia de Radio María ni Radio Maria de Cope. Jamás hablaré mal de Radio María, porque estoy encantado de que exista y es más, soy oyente. Pero son radios distintas”.
Hace apenas unas horas, El Confidencial lanzaba un post en el que decía desvelar “los trucos de la Cope para hacer caja con los conciertos solidarios”. Este titular también se presentó en la mesa de desayuno del presidente de la cadena a lo que respondió con contundencia: “Es mentira que nos estemos lucrando con estos conciertos y que la Conferencia Episcopal esté detrás”.
Desde ahí, detalló que “desde hace años hacemos dos conciertos con Cadena 100 a beneficio de Manos Unidas y la Asociación Española contra el Cáncer. Los costes medios de estos conciertos ascienden a 160.000 euros. Los primeros años, con los costes no cubríamos la taquilla. Lo que acordamos fue un paquete de beneficios: una parte de la entrada a los proyectos -al menos tres euros-, que viene acompañado de una campaña de divulgación de sus iniciativas”.
Sobre el acuerdo que actualmente mantiene el grupo Cope con el grupo Vocento –editora de ABC–, lo justificó señalando que “tenemos un humus cultural común. Cuando se comparten unos valores y unos principios, se avanza. El acuerdo es magnífico y estamos encantados”
Giménez Barriocanal tampoco eludió una cuestión referida a la denuncia interpuesta por el Observatorio Español contra la Homofobia al colaborador de Cope, Luis del Val, por sus comentarios relacionados con la Cabalgata de Reyes alternativa organizada por el colectivo LGTBI de Vallecas, en Madrid. “Si alguien se siente herido y discriminado por los contenidos de Cope, les pido perdón. Si lo hemos hecho así, lo estamos haciendo mal. Aquí públicamente pido disculpas”, señaló sin entrar en detalles concreto.