‘Dar lo mejor de uno mismo’, bajo este título se ha presentado hoy, 1 de junio, en Roma el nuevo documento del dicasterio para los Laicos Familia y Vida. Este pretende ser una carta de presentación de los puntos de vista de la Santa Sede y de la Iglesia católica en lo referente al deporte, y la presentación ha corrido a cargo del prefecto del dicasterio, el cardenal Kevin Farrell; la doctora Antonella Stelitano, miembro de la Sociedad Italiana de Historia del Deporte; y el sacerdote y profesor de Teología de la Universidad de Seattle, Patrick Kelly.
El cardenal ha explicado que el título del documento es una frase del propio papa Francisco, que ha usado en varias ocasiones, como en el Presínodo o en el documento ‘Gaudete et exsultate’. “Dar lo mejor de uno mismo es una expresión que se aplica al deporte y a la fe. Porque el deportista debe hacerlo para llegar a la meta pero en la fe también es necesario para llegar a la santidad”, ha dicho Farrell.
Farrell ha querido “subrayar el carácter divulgativo y pastoral del documento, no es para estudiosos o investigadores sino una reflexión sobre el deporte hoy, que resultara útil no solo a las conferencias episcopales y diócesis para desarrollar una pastoral deportiva, sino también a clubes y atletas, tanto profesionales como aficionados, para desarrollar una vida cristiana”.
Antonella Stelitano ha recalcado el alcance universal del deporte y los valores que transmite: “Es una visión cristiana del deporte y no una visión del deporte cristiano (…) Es bueno que lo lea todo el mundo porque el deporte toca trasversalmente todos los aspectos de nuestra vida”. Ha incidido también en que el deporte “es parte de la cultura de cada país, es una constante antropológica y cultural de cada sociedad”, y es ahí donde residen su fuerza y su belleza.
Ha citado a san Pío X, cuando afirmó que el deporte es un instrumento para derribar las fronteras, algo en lo que más recientemente han coincidido Juan Pablo II, el Comité Olímpico Internacional y la ONU, que ha creado una oficina “no para el deporte, sino para el desarrollo del deporte y la paz”.
Finalmente, Patrick Kelly ha explicado la dimensión más teológica del documento. En primer lugar, ha afirmado que lo que muestra es una Iglesia en salida, que sale de las parroquias hacia el mundo real, para acercarse a las personas, sus sufrimientos y alegrías. También ha resaltado la importancia de que sea precisamente este dicasterio el que redacte el documento, ya que “hay que entender que los protagonistas del deporte desde la Edad Media son los laicos, particularmente los jóvenes”.
Asimismo, ha recordado que las escuelas católicas introdujeron el deporte hace mucho tiempo en la educación porque “no educamos un alma o un cuerpo, sino una misma persona”, y el deporte es una gran manera de hacer “gimnasia de cuerpo y espíritu”, citando a san Juan Pablo II. También ha mencionado la defensa del deporte de santo Tomás de Aquino, quien recomienda el ejercicio en la Summa Theologica porque para él “la virtud está en la moderación. No podemos trabajar todo el día, igual que no podemos estar durmiendo todo el día, el deporte es una actividad sana en este sentido, tanto física como espiritualmente”.