Los frailes de Lluc (Mallorca) condenan “sin paliativos” los abusos del exprior denunciados por dos exblauets y se ofrecen a “colaborar con la justicia”. Fray Antoni Vallespir, de la Congregación de los Misioneros de los Sagrats Cors, es señalado ahora por dar alcohol, tabaco y dejar ver pornografía en el ordenador de su despacho a los adolescentes con la condición de que se masturbaran delante de él, según denuncian. Los frailes han expresado su “solidaridad” con las víctimas, según Diario de Mallorca.
En el comunicado, la congregación recuerda también “la presunción de inocencia mientras los tribunales no se pronuncien”. Los frailes trasladan “su apoyo, cercanía y solidaridad con cualquier persona que, concluido el procedimiento judicial, pudiera ser identificada como víctima” en el que ya es el tercer caso en el que se ve implicado el exprior después de que otro exblauet, ahora de 38 años, le denunciara en marzo de 2015 por abusos sexuales en los años 90. Además, continúa abierta una segunda causa reciente por presuntos abusos a otro menor de ocho año.
El obispado de Mallorca apartó definitivamente a Vallespir tras conceder veracidad a la primera denuncia archivada por la justicia civil, según las investigaciones del Tribunal Eclesiástico. El exprior tiene prohibido ejercer el sacerdocio de manera permanente, así como el contacto con menores de edad en funciones pastorales. No obstante, el no se reconoce culpable y ha recurrido ante la Santa Sede.
La Iglesia de Etiopía quiere poner fin a los abusos, porque “Dios nos ha confiado la responsabilidad de proteger y ayudar a los niños”, afirma el vicario apostólico de Jimma Bonga, Markos Gebremedhin, tras el lanzamiento de la ‘Política para la protección y la seguridad de los menores’ de la Conferencia Episcopal de Etiopía. En una nota enviada a FIDES, el obispo señala que “el abuso físico, el castigo corporal, el trabajo infantil, la trata de niños, el abuso sexual y psicológico y la falta de conciencia entre las familias sobre los derechos de sus hijos, tales como el derecho al crecimiento, a la educación y la atención médica, se encuentran entre las principales causas de muchos traumas psicológicos que los niños desarrollan a lo largo de los años y que a menudo desembocan en el suicidio”.
El obispo explicó que el documento es una herramienta para aumentar la conciencia de los sacerdotes, maestros, catequistas y líderes juveniles, así como a los empleados de las instituciones católicas, sobre la protección de los menores. “Se ha establecido una oficina especial para la protección de niños y adultos vulnerables. Al mismo tiempo, se ha creado un comité asesor nacional con delegados de cada jurisdicción eclesiástica”, explica el prelado.
Durante la presentación del texto, Gebremedhin hizo hincapié en que “como obispos católicos de Etiopía, sentimos que tenemos la responsabilidad de dar prioridad al problema y fortalecer el compromiso de la la Iglesia universal hacia la protección de los menores, porque es necesario el compromiso de todos para tener un entorno seguro para niños y adultos vulnerables”.
Tailandia celebrará elecciones presidenciales en febrero de 2019. Al menos ese es el anuncio que ha hecho el primer ministro, Prayut Chan-o-cha. Sin embargo, no las tiene todas consigo la Iglesia, debido a los continuos aplazamientos. “Necesitamos una nueva esperanza. Los jóvenes exigen democracia y libertad”, afirma a FIDES el P. Peter Watchasin, director de Obras Misionales Pontificias del país.
“Todo en el país está bajo control. Hablamos de dictadura silenciosa. Hace dos años parecía haber cierto alivio en la gente porque la junta militar, asumiendo el poder, había puesto fin al fuerte conflicto social entre los camisas rojas y los camisas amarillas”, indica el sacerdote. Y añade: “La acción del Gobierno era vista como un paso hacia la reconciliación, y todavía el Gobierno asegura que quiere mantener la paz social. Pero hoy en día, especialmente entre los jóvenes y los estudiantes, cunde la insatisfacción por la censura de las libertades y la opresión”.
Sobre las perspectivas de futuro, el padre Watchasin señala que “hoy la situación económica del país está en un punto delicado, en parte debido a las políticas del Gobierno. Otro gran problema es la corrupción. Un tercer elemento de preocupación es la concentración de la riqueza en dos o tres clanes familiares en todo el país”. Sin embargo, recalca que “Tailandia ahora está preparada para regresar a la democracia. Este deseo ha madurado”.