Dos Nobel de la Paz alzan la voz contra la esclavitud contemporánea. Con la vista puesta en el Mundial de fútbol de Qatar, que se celebrará en 2022, Rigoberta Menchú y Lech Walesa. Y lo hacen de la mano de la Fundación para la Democracia Internacional, respaldando un informe que denuncia la situación de trabajo forzoso de los trabajadores migrantes que están preparando las instalaciones, aterrizando en asuntos tan concretos como condiciones laborales infrahumanas, retención de pasaportes, impago de salarios… Solo un dato: se calcula que en la construcción de las infraestructura ya han fallecido 2.000 nepalíes.
“La impunidad camina junto con la corrupción. Juntas son partes de las más profundas violaciones de los derechos humanos, especialmente los derechos laborales y en el caso de Qatar, de los migrantes”, sentenció la guatemalteca que expresó cómo “muchos de los esclavos que han sido humillados en la preparación de este acontecimiento son migrantes, personas vulnerables. Creemos en el deporte, en la juventud, porque tiene consignas muy buenas para una adecuada salud física y mental, especialmente para los jóvenes”.
Levantar la voz
Para Menchú, “que el deporte se vincule a la vulneración de los derechos humanos, no solo reclama una toma de conciencia sino tomar acciones transformadoras, generar un posicionamiento de la FIFA. Como ciudadanos estamos obligados a tomar una posición, pero también las instituciones”. En esta campaña de protesta, la Premio Nobel agradeció el apoyo del papa Francisco, así como de Amnistía Internacional: “Llegó la hora de levantar nuestra voz y de unir nuestros esfuerzos”.
“Los efectos de las violencias urbanas centradas en migrantes, jóvenes y niños, unido a la trata de personas son tan perversos, que nos invitan a realizar un trabajo cotidiano y de equipo, de sumar fuerzas en lo cotidiano. Sé que no es fácil romper los silencios ante los grandes dramas del mundo, especialmente en los medios de comunicación”, señalan.
La línea roja
Por su parte, el artífice de la transición democrática de Polonia, Lech Walesa, señaló que “se ha traspasado la línea roja en muchas ocasiones a la hora de vulnerar los derechos con el deporte como fondo, como sucedió con los Juegos Olímpicos de China o el inminente Mundial de Rusia”.
En esta misma línea, el que fuera presidente polaco, detalló que “es verdad que parece que las grandes potencias económicas siguen ganando, pero tengo confianza en que si nos organizamos ellos pueden perder por completo. Si nos unimos, podemos ganar. Lamentablemente parece que la gente no quiere ver las cosas tal y como son y esta fundación refleja cómo también hay gente que no quiere no ver las cosas”. “Yo siempre he luchado por los derechos de los trabajadores. Hace falta seguir luchando para la situación mejore. Los sindicatos tienen que unirse a esta reivindicación”, añadió.
Progreso de los pueblos
Por su parte, el presidente de la Fundación para la Democracia Internacional, Guillermo Whpei, hizo un llamamiento a la FIFA “para que el Mundial sirva como herramienta transformadora de progreso social. El fútbol es un deporte que mueve multitudes, que generan pasiones y tenemos que aprovechar esta herramienta para el progreso de los pueblos. Se lo merece el deporte y las personas. Es posible”.
“Qatar tiene por lo menos tres conflictos abiertos: una designación viciada, la explotación laboral y problemas con los vecinos”, comentó el presidente. “Tenemos la aspiración de que Qatar entienda que un país con derechos humanos, progresa mejor. Queremos lograrlo junto con la FIFA, no contra la FIFA”, añadió.
También invitó a las ong “que no se callen, que denuncien, aunque sea un camino tortuoso, hay que decir lo que está mal y no acostumbrarnos al horror y normalizar las situaciones dramáticas”. Además, planteó a los medios de comunicación que “se comprometan con la verdad y no guarden silencio ante un Mundial como el de Qatar en el que todos pierden”.
Evangelizar al mundo
Abriendo su campo de denuncia, Whpei apuntó que “es humillante que haya 40 millones de esclavos en el mundo y los desconozcamos. Casi todas las industrias, todo aquello que está detrás de lo que consumimos tiene o puede intervención de mano esclava. En torno a este eje fuimos recepcionando diferentes actividades, que estaban ligadas en torno a Qatar”.
“El pasado 27 de noviembre, pudimos llevar al Papa el informe y tuvimos una acogida muy positiva, y a partir de ahí desde Scholas Ocurrentes enviaron al presidente de la FIFA una carta pidiéndole explicaciones”, comentó el presidente de la fundación que concluyó con un deseo: “Intentamos evangelizar al mundo entero que la esclavitud es una realidad hoy”.