México es el primero de varios países de América por los que transitará la “Caminata Huellas de Ternura”, una iniciativa ecuménica cuya finalidad es denunciar la violencia infantil en diferentes contextos y proponer formas de erradicar este mal, entre ellas la crianza con ternura. Fue inaugurada el viernes 8 de junio en la ciudad de Tijuana, y este domingo llegará a la Basílica de Guadalupe para poner a los pies de la Virgen Morena los frutos del proyecto.
La caminata cruzará prácticamente todo el continente. Por lo pronto, mañana será recibida al mediodía en la Casita del Tepeyac por el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de México, quien en el marco de una celebración eucarística bendecirá un papalote, que, como símbolo de la iniciativa, será llevado posteriormente a Guatemala por el embajador de la Caminata en México, el cantautor chiapaneco Reyli Barba, para continuar su recorrido. El cometa volará por los cielos de 20 países de América Latina y el Caribe, hasta llegar a la Patagonia en el 2019, llevando un mensaje de esperanza de un futuro mejor para la niñez.
Al ser inaugurada la caminata en la Universidad Iberoamericana campus Tijuana, el representante de la Rectoría, Hiram Padilla, refirió que, de acuerdo con datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, en México seis de cada diez niños, niñas y adolescentes han sufrido violencia en el hogar, siendo la pobreza uno de los factores más importantes que desencadenan la mala alimentación, la deserción escolar, el trabajo forzado, la trata, la migración, los embarazos no planeados y muchas otras condiciones que reproducen un ciclo indefinido de violencia.
Ternura como estandarte
La “Caminata Huellas de Ternura” ha sido convocada por el Programa Centralidad de la Niñez, mancomunidad interinstitucional creada por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), World Vision América Latina y Pastoral da Criança Internacional, con el respaldo de Cáritas Latinoamérica y el Caribe, y la Federación Internacional Fe y Alegría.
La iniciativa está enmarcada en la campaña “Necesitamos a Todo el Mundo: Cero Violencia, 100% Ternura” que impulsa el propio programa Programa Centralidad de la Niñez, por lo que este ha exhortado a las pastorales, laicos, religiosas, misioneros, sacerdotes, organizaciones no gubernamentales, sector empresarial, servidores públicos, comunicadores, políticos e “influencers”, a sumarse al movimiento para acabar con la soledad, el abandono y la violencia interpersonal y estructural que rodea y atenta contra miles de niños y niñas en el continente.
“Con este paso simbólico –de más de 15 mil kilómetros a lo largo de nuestra América y el Caribe– nos comprometemos a establecer redes de acción para que el cuidado con ternura encuentre espacios humanizantes, restauradores, formadores y transformadores en el seno de las familias, escuelas e iglesias”, señala el Programa.
Un papalote como símbolo
De acuerdo con Humberto González Franco, oficial de la Pontificia Comisión para América Latina, se eligió como símbolo un papalote de colores porque tiene “reflejos de un alimento fundamental: la libertad direccionada; la cometa, que se deja llevar hacia lo alto con el viento, pero que debe tener una cuerda que le dé dirección, porque de lo contrario, si se suelta, se pierde o se va a pique”.
Explicó que lo mismo sucede con la libertad del ser humano y con la educación de los niños; “si a los niños no se les direcciona, si no hay quien le esté formando, quien le esté mostrando un horizonte, sencillamente se pierde”.
En cada país –detalló– se le añadirá al papalote una cuerda de un color diverso “para darle la unidad y la conformidad a todo el continente”.
Actividades y “Pacto de Ternura”
La “Caminata Huellas de Ternura” pasará de país en país generando diversas actividades formativas, de movilización social, comunicacionales, litúrgicas y lúdicas, que pongan el bienestar de los niños y las niñas en el centro de las acciones pastorales y las políticas públicas. Para ello, las organizaciones participantes estarán impartiendo una serie de actividades pedagógicas, lúdicas y de movilización, las cuales servirán como guía para denunciar aquellas situaciones de violencia donde se vulnera el derecho de los niños.
Como parte de las acciones de la caminata también se encuentra el “Pacto de Ternura”, con el que los organizadores pretenden comprometer a los padres a varias actitudes, entre ellas “practicar una espiritualidad que me habilite a demostrar la ternura de Jesús; tratar a los niños y niñas con la Ternura de Dios: hacer que se sientan amados todos los días; y no emplear el castigo físico ni el trato humillante: eliminar toda acción violenta de insulto, gritos, chantajes y maltrato físico”.