La CEM cuenta con el ‘Protocolo de Protección de Menores’ y brinda capacitación y asesoría a las provincias y diócesis para erradicar este delito en el seno de la institución
Luego de que en días pasados la Arquidiócesis de México y la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdote (SNAP, por sus siglas en inglés), anunciaran un acuerdo de colaboración para erradicar en la Iglesia y en otros ambientes el abuso sexual de menores, este lunes la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) dio a conocer también las medidas que, en la materia, se han tomado desde el organismo.
Los obispos del país –señala un comunicado firmado por su presidente, el cardenal José Francisco Robles Ortega– somos conscientes de las gravísimas consecuencias del abuso sexual infantil en México y de la enorme responsabilidad que tenemos todas las instituciones, así como de la exigencia del papa Francisco de “cero tolerancia” y “nunca más” a la cultura del abuso y al sistema de encubrimiento que le permite perpetuarse.
La posición de la Iglesia es clara: “El abuso sexual infantil es un crimen que debe sancionarse con toda la fuerza y rigor de las leyes: canónica y civil”, y con este objetivo, la CEM ha dado pasos importantes para crear una nueva cultura de prevención, atención y respuesta.
En noviembre del 2016, en su CII Asamblea Plenaria, el Episcopado elaboró las ‘Líneas guía del procedimiento a seguir en casos de abuso sexual de menores por parte de clérigos’, basadas en las disposiciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe. En dicha asamblea, el cardenal Seán O’Malley, presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores; y el sacerdote jesuita Hans Zollner, del Centro para la Protección del Menor de la Universidad Gregoriana, compartieron a los obispos mexicanos las disposiciones del papa Francisco sobre este tema.
Justo un año más tarde, la CEM elaboró y aprobó el ‘Protocolo de Protección de Menores‘ con el fin de establecer criterios para la prevención y, en su caso, sanción canónica y penal en contra del probable responsable; el protocolo también contempla brindar todo el apoyo y asistencia a la víctima y a su familia.
Tras la publicación del ‘Protocolo de Protección de Menores’, la CEM ha dado capacitación a los voceros de las Iglesias particulares del país a través de su Equipo Jurídico, y con el apoyo del Centro de Investigación y Formación Interdisciplinar para la Protección del Menor. De igual forma, se ha dado asesoría a las provincias y diócesis sobre dicho documento, y desde hace varios años se ha venido realizando un trabajo exhaustivo de revisión y fortalecimiento de la inscripción y formación en los seminarios de México.
En noviembre del 2016, los obispos y superiores mayores se comprometieron a actuar con total transparencia y sentido de la responsabilidad “para evitar estos delitos abominables, asumiendo el principio de tolerancia cero”.