Europa

La Iglesia italiana lamenta el “fracaso de la política” con el ‘Aquarius’

  • “Fui forastero y no me hospedasteis”, tuiteó el cardenal Gianfranco Ravasi, ganándose a continuación un buen número de críticas
  • El presidente de la CEI lamenta el cierre de los puertos pero recuerda que su país “no puede ser dejado solo en el frente de la acogida”





“Fui forastero y no me hospedasteis”. El cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, echó mano del Evangelio de San Mateo en un breve apunte en Twitter para lamentar la actitud del Gobierno italiano, que cerró los puertos a los 629 inmigrantes que lleva a bordo la nave ‘Aquarius’, fletada por la ONG Sos Mediterranée y con personal de Médicos Sin Fronteras. También Malta se negó a aceptar a los indocumentados, que acabarán siendo desembarcados en el puerto de Valencia tras el ofrecimiento del presidente Pedro Sánchez de que España se haría cargo de ellos.

A Ravasi su comentario en las redes sociales le granjeó una cascada de insultos. No le perdonaban que hubiera tomado parte los simpatizantes de la Liga, el partido xenófobo que, junto al Movimiento 5 Estrellas, forma la coalición que sostiene al Gobierno italiano. Fue el líder de la Liga, Matteo Salvini, ‘número dos’ del Ejecutivo y titular de la cartera de Interior, quien decidió cerrar las puertas al ‘Aquarius’. Salvini celebró como una victoria que España se haga cargo de los 629 indocumentados al asegurar que “vale la pena levantar la voz con educación” en Europa.

El “fracaso de la política”

Además de Ravasi, hubo otros purpurados italianos que lamentaron la situación a la que tuvo que hacer frente la nave de Sos Mediterranée. Uno de ellos Francesco Montenegro, arzobispo de Agrigento, una localidad siciliana adonde llegan habitualmente algunos de los inmigrantes rescatados en el Mediterráneo Central. Montenegro, un hombre muy cercano al papa Francisco, consideró que lo sucedido muestra el “fracaso de la política”.

En declaraciones a Ansa, denunció la mala gestión de esta emergencia “pasándose la pelota de la responsabilidad mientras corren peligro seres humanos”. También pidió que Europa tome de una vez conciencia de que el flujo migratorio “no puede ser detenido” y que la solución no se encuentra “cerrando los puertos” y escurriendo “las responsabilidades”.  

La decisión de España de sacar las castañas del fuego a Italia al hacerse cargo de los 629 inmigrantes del ‘Aquarius’ fue aplaudida por el cardenal Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI). “Damos un suspiro de alivio por la solución positiva a esta situación. Se trata en cualquier caso de problemas que hay que afrontar y resolver en Europa”, comentó Bassetti a Vatican Insider.

“Como hemos repetido ya muchas veces, Italia no puede ser dejada sola en el frente de la acogida”, dijo. El presidente del episcopado lamentó no obstante la decisión de Salvini de cerrar los puertos a los indocumentados del ‘Aquarius’ al mostrar su “sufrimiento” porque estos “hermanos” no hubieran podido ser acogidos.

Cuotas de recolocación

También se refirió a este episodio la Comunidad de Sant’Egidio pidiendo a las autoridades italianas que respeten “los principios de humanidad que están en su tradición, partiendo del deber de salvar vidas en peligro”. Este movimiento eclesial de laicos con gran experiencia en la acogida a refugiados y desplazados invitó a las naciones europeas a cumplir con los planes de Bruselas para repartirse a los inmigrantes llegados a Italia y Grecia.

“Esto aligeraría el esfuerzo de nuestro país y facilitaría la integración que, como es necesario recordar, supone el mayor desafío vivido actualmente por Europa”, destacó la Comunidad de Sant’Egidio.

La polémica en torno a la nave de Sos Mediterranée se produce a una semana de que Caritas Internationalis ponga en marcha su campaña ‘Share the journey’ (Compartamos el viaje), para testimoniar la solidaridad hacia los inmigrantes. Michel Roy, secretario general de esta organización caritativa, destacó que atacar a estar personas es una “solución fácil”, pero no resuelve los problemas de fondo, creados a su juicio por la globalización.

“Los migrantes son la consecuencia directa de estos problemas. Se mueven porque no pueden vivir en sus casas. Son migraciones forzosas, no parten de turismo”, advirtió Roy en Vatican News.

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