El pasado 11 de junio el fiscal general de EEUU, Jeff Sessions, redactó un documento que modifica las condiciones para pedir asilo al país. Concretamente, considera que la existencia de pandillas criminales y la violencia doméstica en el país de origen ya no justifican la concesión de asilo a inmigrantes, algo claramente referido a la frontera sur desde la que entran miles de personas anualmente huyendo particularmente de ambos problemas.
El cardenal Daniel DiNardo, presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, no ha tardado en emitir un comunicado publicado en la web de la CE en el que rechaza de plano esta nueva medida. “El asilo es un instrumento para preservar el derecho a la vida” comienza el escrito, que continúa con una demoledora crítica hacia la reforma y su promotor: “La reciente decisión del fiscal general provoca una gran preocupación porque potencialmente niega el asilo a muchas mujeres que carecen de la protección adecuada“, sosteniendo que estas mujeres tendrán que regresar al entorno donde sufren estos abusos.
Así, considera que la decisión “erosiona la capacidad del asilo para salvar vidas“. También aprovecha el documento para pedir al Gobierno que acabe con la política de separación de familias en la frontera con México, ya que “las familias son el elemento fundacional de nuestra sociedad y deben poder permanecer juntas“. Reconoce la importancia de vigilar las fronteras, pero urge a encontrar mejores formas de hacerlo, sentenciando que “Separar a bebés de sus madres no es la respuesta, y es inmoral”.
El arzobispo Apuron apela al Vaticano
El arzobispo de Agaña, Guam, Anthony Apuron, que fue condenado en marzo por Doctrina de la Fe a dejar su cargo (y la isla) por presuntos abusos, ha apelado la decisión del Tribunal Vaticano que le encontró culpable de “ciertas acusaciones”. Esta apelación conlleva que continúe llevando de iure el título de arzobispo, si bien su obispo auxiliar Michael Byrnes, que llegó a la diócesis tras la sentencia, es quien actualmente lleva a cabo todas sus funciones, y seguirá siendo así hasta que la sentencia sea firme, y si no varía será quien le suceda como arzobispo.
Según informa USA Today, Byrne ha pedido instrucciones a Roma, así como detalles acerca de la fecha de la resolución del tribunal, que espera sea lo antes posible. “Tener esto tanto tiempo colgando sobre nuestras cabezas ha ido muy en detrimento de la Iglesia en Guam. Necesitamos cerrarlo definitivamente“, afirmó.
Los cargos a los que se enfrenta Apuron son de abusos sexuales a menores, concretamente a varios monaguillos de su parroquia en la década de 1970. También hay una acusación de su propio sobrino de hechos similares. En cuanto se denunció, fue apartado del cargo hasta que hubiera una sentencia, que, en caso de convertirse en firme, no sólo le mantendrá apartado de la diócesis sino que se le quitará el título de arzobispo.
El Papa se reunirá con víctimas de abusos en Irlanda
El firme compromiso de Francisco con las víctimas de abusos sexuales queda cada vez más patente según avanza su pontificado. Hace poco se reunía con las víctimas del chileno Fernando Karadima, y en su próximo viaje a Irlanda para la Jornada Mundial de las Familias en agosto también tendrá un encuentro con víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos en la isla.
Así lo ha anunciado a los medios de comunicación el arzobispo de Dublín Diarmuid Martin. Según recoge Vatican Insider, no se había dicho nada hasta ahora porque, como en otras ocasiones Francisco prefiere reunirse con las víctimas “en silencio para respetar su anonimato”. Martin ha confirmado que las personas a las que verá el Papa son víctimas que eran menores de edad cuando sufrieron los abusos, y que “encontraremos el modo de que el Papa pueda responder a las preocupaciones de todos ellos”.