Rufino García Antón delegado de Migraciones en el Arzobispado de Madrid, no oculta su satisfacción por la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de ofrecerse a acoger a los 629 inmigrantes que, a bordo del Aquarius, no encontraban puerto que quisiera permitirles atracar con todo su bagaje de sufrimiento a sus espaldas.
“Hay quien dice que es postureo y oportunismo político, pero es una decisión que me ha gustado, es un gesto positivo, como lo es la respuesta que ha dado la Iglesia y otras entidades sociales”, señala este sacerdote, para quien el papa Francisco “es un faro que orienta claramente e interpela, y que se resume en sus famosos cuatro verbos para la Jornada Mundial de la Migraciones: acoger, promover, proteger e integrar. Eso supone un espaldarazo a toda esta postura de acogida, que, por otra parte, es la esencia del Evangelio”.
Pero no todos lo perciben así y en media Europa han ido creciendo los sentimientos xenófobos, incrementados a raíz de la crisis humanitaria por el conflicto sirio, que en los últimos siete años ha causado 21,3 millones de refugiados. De ahí que este sacerdote quiera refutar algunos de los tópicos contra los inmigrantes, que rebrotan tras la noticia de que la política de acogida de España puede cambiar con el nuevo Gobierno.
1.- “Nos invaden”
“No es tan numeroso el flujo de inmigrantes que llegan a España (supone solo el 10,12% del total), e incluso a Europa. Los mayores movimientos de inmigrantes se producen en África, entre países vecinos o cercanos, países con muchos menos recursos que Europa y la propia España, que reciben un contingente de personas muchísimo mayor (17.000 el año pasado). Así que de invasión, nada. Y si no, que se lo pregunten a países como el Congo o Jordania”, dice García.
2.- “Nos quitan el trabajo”
“Es un argumento más que sabido que el trabajo que suelen hacer los inmigrantes es el que no quieren hacer los españoles. Es más, hay quien se aprovecha de la situación en la que se encuentran para darles trabajo en unas condiciones rayanas en las esclavitud. Los inmigrantes hacen trabajos que nosotros no queremos realizar, por lo tanto no nos quitan empleo. Además, la aportación del trabajo de los inmigrantes a la economía española ha sido muy importante para la caja de las pensiones, al menos hasta que llegó la crisis económica”, asegura el sacerdote.
De hecho, y según datos oficiales de 2005, anteriores al impacto de la crisis, el trabajo de los inmigrantes fue el responsable directo del incremento medio de un 3,6% del PIB entre 2000 y 2005, con un saldo neto de contribución a la riqueza del país de casi 5.000 millones de euros.
3.- “No se integran y forman guetos”
“El de la integración es un asunto de ida y vuelta, pues la integración significa que hay un proceso de mutuo enriquecimiento, que puede ser lento, porque, no siempre es fácil entre culturas diferentes convivir, pero en ese proceso, que no es de asimilación, las dos partes tiene que hacer su esfuerzo, la comunidad de acogida y la que llega”, señala del delegado de Migraciones.
“Los inmigrantes que llegan, que no conocen el idioma, es normal que en un principio tiendan a juntarse con los del mismo origen –añade–, y si no se dan pasos, pueden convertirse en guetos. Por eso es importante que la comunidad que acoge fomente la acogida. Pero depende de la actitud también de la que acoge. Cuando se habla de inmigración, siempre se hace como un problema. Habría que hablar de inmigración como oportunidad, porque vienen con sus costumbres. No se puede ser ingenuo, ciertamente, porque dificultades en la convivencia se dan en todas las familias, pero la movilidad humana es un hecho y si lo aceptamos positivamente como un enriquecimiento nos irá mejor”, sostiene el experto.
4.- “Abusan de los recursos sociales (sanidad, educación…)”
“No es cierto que tengan privilegios con respecto a los nacidos en España. Al contrario, cuando se produjo el problema con la tarjeta sanitaria, los inmigrantes fueron los que sufrieron los recortes. No se le puede negar a nadie la asistencia sanitaria de urgencia, aunque sí que se produjo un recorte importante en otras cuestiones que sufrieron ellos”, asegura García.
Un estudio de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, de 2008, señalaba que el 57,75 % de la población autóctona española había acudido al menos una vez a los servicios de Atención Primaria, frente al 12,7% de la población inmigrante.