Un domingo más, el papa Francisco ha comentado en evangelio del día (Mc 4,26-34) antes de rezar el Ángelus con los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. Para el pontífice, la liturgia presenta dos breves parábolas sobre “del Reino de Dios y los dinamismos de su crecimiento”.
También en momentos de dificultad, ya que, para el Papa, en las situaciones de oscuridad, frente al abatimiento, es necesario permanecer en la fidelidad de Dios, en su presencia que salva. “Dentro de los pliegues de situaciones personales y sociales que a veces parecen marcar el naufragio de la esperanza, debemos permanecer confiados en la acción tenue pero poderosa de Dios”, invitó.
Refiriéndose a la comparación del Reino con la semilla que germina misteriosamente sin haber sido plantado o cuidada, el Papa ha señalado cómo “a través de la predicación y la acción de Jesús, el Reino de Dios […] crece y brota en la historia, no tanto por el hombre, sino como la expresión principal del poder y la bondad de Dios”.
Como la semilla de mostaza, que se desarrolla hasta convertirse en una gran planta, Francisco ha subrayado ese crecimiento impredecible y sorprendente. Una señal para acostumbrarse a la lógica de la imprevisibilidad de Dios a la aceptación de la fe del Señor en la vida cotidiana, aunque esta fe supere nuestros proyectos, cálculos y previsiones. “La autenticidad de la misión de la Iglesia no viene dada por el éxito o satisfacción por los resultados, sino de seguir adelante con el valor de la confianza y el abandono humildad en Dios”, sentenció.
El Papa también se ha referido a la nueva beata Carmen Rendiles Martínez, fundadora de las hermanas Siervas de Jesús de Venezuela y cuya celebración ha tenido lugar este sábado en Caracas. “Junto con sus hermanas ha servido con amor en las parroquias, en las escuelas y al lado de los más necesitados”, ha destacado Bergoglio. “Alabamos al Señor por su fiel discípula y le confiamos nuestras oraciones de intercesión por el pueblo venezolano”, señaló.
Antes de despedirse, Francisco ha saludado a los fieles congregados en la plazo, como los miembros del Colegio Diocesano Oratorio Festivo de Novelda (Alicante).