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“Fernando tiene que pedir perdón”, afirma el hermano de Karadima recibido por el Papa

 





Óscar Karadima, hermano de Fernando, el sacerdote chileno acusado de abusos sexuales y condenado a vida de oración y penitencia, relata cómo fue su viaje a Roma, donde participó en el encuentro que el papa Francisco mantuvo con un grupo de chilenos compuesto por cinco sacerdotes víctimas de abusos de poder, de conciencia y sexuales; dos sacerdotes que asistieron a las víctimas; y dos laicos.

En la entrevista concedida al periódico chileno La Tercera, Óscar Karadima cuenta cómo le explicó al Santo Padreque le dolía habar así de su hermano, “toda la familia ha sido víctima de su abuso de poder y de conciencia. Fernando era un hombre soberbio, un hombre autoritario, un hombre a quien le teníamos temor”. Y añadió: “El Papa fue el único que tuvo palabras de cariño y de consuelo hacia nosotros. Me pidió que les transmitiera a mis hermanos, a mis hijos y a mis nietos el lamento suyo y que pedía perdón por lo que habíamos sufrido”.

Ante la pregunta que le hace la periodista de si Fernando Karadima debería de pedir perdón, Óscar no duda en responder: “Sí, pero no lo hará. Yo creo que él tiene el convencimiento de que es inocente. En segundo lugar, por su terrible soberbia y porque ni siquiera nos ha llamado a nosotros, a su familia, a sus hermanos, para habernos pedido perdón por todo lo sufrido”.

Los obispos filipinos se oponen a que los sacerdotes lleven armas pese a la creciente oleada de violencia contra el clero

Desde el pasado mes de diciembre, cuatro sacerdotes filipinos han sido asesinados, por este cruel motivo algunos miembros del clero han decidido armarse, para defenderse de posibles ataques. Ante este hecho, el presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, Romulo Valles, ha rechazado oficialmente la idea de un “clero armado” que tenga legalmente armas de fuego. “Somos hombres de Dios, hombres de la Iglesia, y es parte de nuestro ministerio afrontar el peligro e incluso la muerte, si Dios quiere”, aseguró.

Más duras fueron las palabras del vicepresidente de la Conferencia, el obispo Pablo Virgilio David, quien aseguró que “los sacerdotes que deseen llevar armas de fuego en defensa propia pueden considerar abandonar el sacerdocio y unirse al ejército o a la policía”.

Mientras que el Director General de la Policía Nacional de Filipinas, Oscar Albayalde, explicó que los sacerdotes, como ciudadanos del país, pueden poseer armas como  medida de autoprotección, con la condición de que soliciten una licencia formal a las autoridades competentes.

La Iglesia estadounidense sí apoya el Acuerdo del Clima

Alrededor de 600 instituciones católicas de Estados Unidos han firmado una Declaración sobre el Clima, que ratifica el Acuerdo de París y las acciones para alcanzarlo. Esta firma trata de hacer frente a la decisión del presidente Donald Trump de retirar al país norteamericano de dicho Acuerdo. Y sigue la línea trazada por el Papa en favor del clima por “cuidar nuestra casa común”.

Los compromisos de los firmantes no se han hecho esperar y hay diócesis como la de Chicago que ya está evaluando el uso de energía y agua de todos sus edificios o el programa que ayuda a los propietarios de instalaciones católicas a reducir su huella de carbono.

La hermana Sharlet Wagner, presidenta de la Conferencia de Religiosas de EEUU (LCWR), dijo que “el cambio climático es no es una cuestión política, sino una cuestión moral. La creación de Dios está en peligro por nuestras propias acciones”.

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