El presidente de la Conferencia Episcopal Australiana, Mark Coleridge, se encuentra en Roma estos días para la reunión anual de obispos anglófonos que tiene lugar en la Universidad Gregoriana, bajo el amparo de su Centro de Protección de Menores, para buscar formas de luchar contra los abusos. Ciertamente Coleridge se enfrenta a varios retos, ya que las imputaciones del cardenal Pell y del arzobispo Wilson hacen que el clero australiano no pase por su mejor momento. Y respecto a esto, Coleridge está convencido de que la lucha contra los abusos debe tener su epicentro en “un cambio de cultura”.
En una entrevista concedida a CRUX, el prelado australiano defiende que “no tiene sentido negar que, en general, el clericalismo estaba en el centro del problema, y todavía es así. Parte del cambio de cultura que intentamos llevar a cabo es romper el cerco del clericalismo. Por tanto, obviamente los laicos deben hacerse cargo de ciertas responsabilidades que son nuevas en la Iglesia católica”.
Así, afirma que “si en el pasado hubiera habido más laicos en cargos relacionados con toma de decisiones, no tendríamos en nuestras manos la catástrofe que tenemos hoy. No es una opción, creo que es la clave de este cambio de mentalidad”.
Zenari: “La guerra en Siria acabará cuando acabe en la ONU”
El cardenal Mario Zenari, nuncio en Siria desde 2009, que ha residido en Damasco durante toda la guerra, ha ofrecido su testimonio y opinión acerca de un conflicto que conoce perfectamente durante unas jornadas organizadas por el Servicio Jesuita a Refugiados en Roma, recogidas por Vatican Insider. “Yo vivo en Damasco, y la situación allí ha ido cambiando estos años, hay zonas golpeadas por la guerra, pero también os puedo indicar pastelerías”. Ha explicado que en la capital de vez en cuando hay explosiones de mortero y que “en Ghouta hay un auténtico diluvio de fuego, hay zonas enteras del país que han sido destruidas”.
Pero los daños que considera aún más graves “son aquellos que no se ven, los que afectan a la rotura del tejido social”. Y es que la mitad de la población ha huido del país o, como mínimo, a otras zonas del mismo. Y en la ONU, denuncia, se centran en el conflicto en sí mismo, los bandos, olvidando que en Ghouta los civiles, tras avanzar el frente “comían un día sí y uno no” e incluso ha habido muertes de niños por inanición. Lo mismo sucede con las mujeres, nadie se acuerda de estas “flores del desierto” con maridos desaparecidos o muertos pero que salen adelante por sus hijos. Pero por mucho coraje que tengan, necesitan “buenos samaritanos” que las ayuden, médicos y voluntarios, y por ello los tres hospitales católicos de la zona ya vuelven a operar al 100% de rendimiento, por iniciativa del propio Zenari y del Papa.
Por todo ello, al ser preguntado cuándo acabará la guerra en Siria, ha afirmado que finalizará “cuando acabe en la ONU. Hay factores regionales, por supuesto, pero lo principal es acabar con la política de veto, de bloqueos de la ONU”, pues es la única forma de poder reconstruir un país tras una guerra como esta.
Emili Turú, secretario general de la USG
El español Emili Turú Rofes, quien fuera superior general de la Congregación de los Hermanos Maristas entre 2009 y 2017, ha sido elegido nuevo secretario general de la Unión de Superiores Generales. Lo anunciaba ayer el presidente saliente de la unión, Mauro Jöhri, en una carta enviada a todos sus miembros, en la que con alegría les comunica que ya hay un sustituto para el antiguo secretario, el misionero comboniano David Kinnear.
Turú tomará posesión de su cargo a partir de marzo de 2019, según informa la agencia SIR, después de haber obtenido el consenso del Consejo Ejecutivo. “Estamos muy agradecidos a Fr. Emili por haber aceptado el nombramiento, y a su congregación por haberlo puesto a nuestra disposición”, concluye la carta.