América

Masaya, el último grito por la libertad en Nicaragua

  • La localidad sufre la represión del régimen de Ortega por declarar simbólicamente su autogobierno
  • El obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, clama indignado contra “una nueva masacre”





Desgraciadamente, en los dos últimos meses no pasa un día sin que haya novedades en Nicaragua… Y mucho más cuando todas hablan de un baño de sangre, el que el Gobierno de Daniel Ortega está infringiendo a los miles de ciudadanos que denuncian que el sandinismo está acentuando progresivamente su deriva autoritaria.

En plena crisis, la Iglesia se ha ofrecido desde el principio a hacer de mediadora en un sincero diálogo nacional entre el Ejecutivo y la oposición. Pero, tras el último intento, la Conferencia Episcopal Nicaragüense ha denunciado que Ortega ha incumplido su palabra y ha vuelto a atascar las conversaciones.

Templos profanados

De un modo paralelo, los obispos proclaman que sus pastores están siendo hostigados y amenazados por el régimen sandinista. Se han profanado templos y estos días incluso ha sido asesinado un monaguillo. El prelado auxiliar de Managua, Silvio José Baez, es el más enérgico en esta denuncia a través de diferentes medios, incluida su cuenta de Twitter, desde donde alcanza una resonancia mundial.

Desde este canal, el pasado martes 19 de junio, Báez lanzó durante horas un grito desesperado contra el ataque gubernamental a Masaya, localidad que, en plena crisis, decretó su “libertad” y constituyó simbólicamente un “autogobierno” al margen del Ejecutivo de Ortega. Al conocerse que fuerzas policiales y paramilitares se dirigían al municipio para sofocar la protesta, el auxiliar de Managua clamó: “¡Que el Señor proteja y bendiga a toda la población de mi querida ciudad de Masaya! Les aseguro en este momento mi oración. Protéjanse y cuiden sus vidas. ¡Los violentos son los cobardes!”.

Entre muchos otros comentarios alertando a la comunidad internacional sobre lo que iba a ucurrir, Báez añadió este consejo muy concreto: “A la gente de Masaya, a los muchachos de las barricadas, a todos: ¡protejan sus vidas! No queremos una nueva masacre. ¡Resguárdense en las casas!”.

“Todo fue inútil”

Tras constatarse la dureza de la acción gubernamental, que se saldó con tres muertos y unos 70 heridos, el pastor se lamentó con tristeza en la red social: “Esta mañana hice lo que pude por evitar más dolor y muerte a mi querida Masaya. Todo fue inútil. No me quedó más que rezar y llorar. ¡Los que han asesinado a gente desarmada y han sembrado terror en Masaya, y quienes los mandaron a hacer eso, sientan vergüenza de ustedes mismos!”.

Y concluyó apelando a la fe y a la esperanza: “¡Masaya, Dios está contigo! ‘Grande será el bienestar de tus hijos. En justicia serás restablecida. Estarás lejos de la opresión, nada temerás; el terror no se acercará a ti’ (Isaías 54,14). ¡Tu futuro es esperanzador! ¡Masaya, estamos contigo!”.

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