Hace unas semanas se abrían las inscripciones para el nuevo curso y entre las ofertas de másteres universitarios no falta, fiel a su cita desde hace un cuarto de siglo, el dedicado a profundizar en la Doctrina Social de la Iglesia organizado por la Universidad Pontificia de Salamanca, en convenio con la Fundación Pablo VI. Las inscripciones están disponibles hasta el 30 de septiembre y el curso comienza el 15 de octubre.
En estos años han pasado por él centenares de alumnos, con diversas inquietudes dispuestos a llevar la fuerza de la Doctrina Social a sus compromisos sociales, laborales y pastorales. Una propuesta que alterna las clases presenciales y la formación online y que cada año atrae a alumnos españoles y de diferentes países de Latinoamérica, Canadá, Estados Unidos o Portugal.
Vida Nueva ha podido conversar con María Teresa Compte Grau, directora del máster sobre la actualidad de este proyecto universitario.
PREGUNTA.- 25 años después, ¿por qué sigue siendo necesaria esta propuesta formativa?
RESPUESTA-Porque la complejidad del mundo en el que vivimos no resuelve, sino que complica, todas las cuestiones relativas al reconocimiento, protección y garantía de la dignidad humana. La tecnificación del mundo en el que vivimos pone de manifiesto que la cuestión central de nuestra sociedad sigue siendo la relación entre medios y fines. Qué es medio y qué es fin es una pregunta clave para responder a cuestiones como la trata de seres humanos, el tráfico ilegal de personas, la acción reductiva del ser humano sobre el entorno natural, el neocolonialismo, la explotación laboral o reproductiva, la ética en las finanzas o el derecho a la vida, entre otras.
P.- El programa abarca desde las Ciencias Humanas, el Magisterio o la Pastoral de la Justicia y la Caridad. ¿Por qué es necesaria una visión integral de la política y el compromiso social?
R.-Porque la persona es un todo indivisible y así es como el cristianismo entiende y comprende a cada ser humano. La persona es un sujeto de aspiraciones y necesidades materiales, morales, espirituales, religiosas y todas y cada una de ellas son constitutivas de nuestro ser. No somos seres compartimentados que podamos fragmentarnos en parcelas estancas e incomunicadas. Si así somos los seres humanos, así son las manifestaciones de nuestros actos y la comprensión de los mismos. Mirar a la persona de otro modo es reducirla. Los párrafos 20 y 21 de ‘Populorum Progressio’, la encíclica de Pablo VI sobre el desarrollo humano, lo explica maravillosamente bien.
P.- ¿Va calando entre los cristianos comprometidos en diferentes realidades sociales que la formación es esencial para vivir la caridad con el máximo de calidad?
R.-Sí y no. Creo que cada vez más crece el número de cristianos conscientes de la necesidad de una formación excelente para actuar en el mundo. Y, sin embargo, creo también que no existen canales adecuados de formación. Tiene que ver con el reconocimiento del lugar del laicado, que no es el de suplente, sino el de protagonista adulto y mayor de edad.
P.- ¿Cuál es el perfil de alumnos que podrían acercarse a este máster?
R.-El perfil de los alumnos que cursan este máster, que requiere ser graduado o licenciado universitario, es el de mujeres y hombres con un profundo sentido de pertenencia eclesial, capaces de reconocer sin prejuicios el valor de la doctrina social de la iglesia, con conciencia social y dispuestos a un compromiso activo en el mundo en tanto que cristianos.
P.- ¿Qué frutos concretos ya ha dejado el máster en estos 25 años de recorrido?
R.-Muchos y buenos. Es verdad que no llevamos un registro de los “éxitos”, cosa que quizás deberíamos hacer, pero nos consta que la formación recibida sostiene la acción social y complementa la formación profesional. Por el máster han pasado muchos alumnos de nacionalidades distintas. Cada uno en su lugar de trabajo y de acuerdo a su vocación sabe que la formación recibida le permite gozar de unos criterios de acción para actuar conforme al ideal de vida cristiano.
P.- Ante la situación política española, ¿qué lección podemos aprender de la DoctrinaSocial católica?
R.-La Doctrina Social de la Iglesia es una propuesta razonada y razonable que permite poner a Dios y las exigencias del Evangelio en el centro de las cuestiones sociales que nos atenazan. Creo que es un modo valiosísimo de hablar de Dios en el mundo en el que vivimos porque apela a la razón, fomenta el encuentro, supone el diálogo e invita al discernimiento.