El cardenal arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, viajará al Vaticano, acompañado del obispo Rolando Álvarez, para informar al Santo Padre de la crisis sociopolítica en la que está sumergida Nicaragua desde hace meses y en la que han sido asesinadas más de 200 personas a manos de paramilitares y policías, bajo las órdenes del Gobierno de Daniel Ortega.
Los prelados de Nicaragua viajarán a Roma para asistir al Consistorio del día 28 y tendrán una audiencia privada con el papa Francisco para exponer la situación del país centroamericano con mayor detenimiento. “En dicha audiencia informarán al Santo Padre de la situación doliente y sufriente que vivimos los nicaragüenses y el impulso que le hemos dado al diálogo, en el que participamos por solicitud del Gobierno y apoyados por la confianza de la población”, dice el comunicado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
Por otro lado, los obispos de Nicaragua han mantenido reuniones con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y con el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU para hablar del Diálogo Nacional y de las investigaciones de los crímenes provocados por la represión gubernamental.
Los 25 sacerdotes de la prelatura de Patacamaya (Bolivia) han estado reunidos para elaborar el plan quinquenal del obispado. De este encuentro, el obispo Percy Galván destacó que “estamos impulsando la producción de las comunidades con un agregado ecológico, religioso y patriótico que va a beneficiar económicamente a las familias. Trabajamos también en asistencia en agua potable a las comunidades con la cooperación suiza. Además, apuntamos a la educación integral, creativa y analítica de los niños; pero claro… eso no es noticia”.
En la entrevista mantenida con el diario Página Siete, Galván fue preguntado por los curas bolivianos que tienen esposa e hijos: “Hay casos pero gracias a Dios son poquísimos. Estamos hablando en toda Bolivia de 700 sacerdotes diocesanos y habrá de estos casos que más o menos conocemos por referencia unos 50. Eso no debería afectar a los 650 sacerdotes ejemplares; pero lamentablemente es así”.
Las palabras del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, insultando a Dios, han generado una gran polémica en el país asiático. En sus declaraciones cuestionó a la Iglesia católica por el pecado original, además de decir que Dios es “estúpido” por “crear algo perfecto, hacerle caer en la tentación y destruir tu propio trabajo”.
Las críticas no se han hecho esperar y el portavoz del presidente, Harry Roque, tuvo que justificar a Duterte: “Esa es la creencia personal del presidente. Somos libres de creer en la religión y también somos libres de no creer en la religión. No podemos culpar al presidente si no tiene ningún sentido de hipocresía”.