Mundo

Cáritas sabe que el derecho a la alimentación es también una lucha feminista

  • Presenta en Madrid testimonios de su acción en Guatemala, Mauritania, Etiopía y Filipinas
  • Su actividad en los cuatro países tiene como ejes la sensibilización y una visión integral





Este miércoles 27 de junio, Cáritas Española ha convocado un encuentro con los medios para ofrecer los testimonios de colaboradores en diversos países y el papel que juega la institución en la mejora del derecho a la alimentación alrededor del mundo.

Como ha explicado Eva Cruz, de Cáritas Española, este trabajo es posible “gracias a muchas Cáritas diocesanas de España, que han financiado y colaborado en más de 100 proyectos en 30 países distintos durante los últimos cinco años”.

“El derecho a la alimentación –ha añadido– no se refiere solamente al acceso a la misma, sino a garantizar que la comida sea suficientemente nutritiva para cubrir las necesidades de las personas y que se pueda asegurar la estabilidad de las mismas, habiendo siempre alimentos independientemente de las condiciones climáticas o políticas de los países”.

La desnutrición infantil, una “cadena perpetua”

La siguiente en tomar la palabra ha sido María Rosenda García, de Cáritas Guatemala. Ha comenzado explicando el contexto actual del país, que tiene una gran diversidad tanto cultural –hasta 23 etnias y cuatro culturas distintas– como natural, gracias a las abundantes lluvias. Las preocupaciones principales son que, siendo una de las economías más potentes de Centroamérica, es uno de los países con mayor desigualdad de toda Latinoamérica, con un 60% de pobreza, de la que el 23% se considera pobreza extrema, algo que afecta especialmente a las comunidades indígenas.

El problema de estas áreas rurales pobres es la falta de acceso a la salud y la educación, así como el alto índice de desnutrición infantil que, si no se revierte en los dos primeros años de vida del niño, se convierte en crónica, condicionando a las personas físicamente el resto de su vida, a modo de una “cadena perpetua”. Esto, a la larga, repercute no solo en las personas que la sufren y en su desarrollo, sino en toda la economía y la supervivencia de las comunidades, al reducir su capacidad de trabajo.

Cáritas trabaja pues en Guatemala para reducir la desnutrición (la han bajado en un 17% en los últimos años) en tres líneas: ayudar a alcanzar excedentes en la producción de alimentos para generar más ingresos, cambio de hábitos (incluyendo tanto educación formal e informal, como la higiénica) y sensibilización, no solo de las comunidades, sino también de los gobiernos locales, para que entiendan qué es el derecho a la alimentación y cómo conseguirlo.

En este marco también se busca luchar por los derechos de las mujeres, que, especialmente en las comunidades indígenas, continúan muy discriminadas a pesar de la importancia de su papel en las economías locales.

Desarrollo “desde abajo”

Abdoulaye Ba, de Cáritas Mauritania, ha explicado que el 42% de la población de su país vive bajo el umbral de la pobreza, y el 73% subsiste en el medio rural con actividades agropecuarias. El proyecto de Cáritas allí se centra en el desarrollo de este medio rural, con el objetivo de estructurar a la sociedad civil. Para ello, refuerzan las asociaciones y cooperativas locales, consiguiendo que el desarrollo surja “desde abajo”, potenciando a la vez las técnicas de producción y almacenamiento para evitar crisis alimentarias.

Además, hay un 45% de familias encabezadas por mujeres, por lo que actualmente Cáritas se centra en agruparlas en cooperativas para que puedan sacar adelante sus hogares y luchar por la igualdad de derechos. Esto se hace con mucho tacto, ya que, por cuestiones socioculturales, las mujeres no pueden, por ejemplo, viajar sin permiso de sus maridos o poseer tierras.

Poco a poco, Cáritas está trabajando para que estas tengan acceso a cultivos, aunque sin la titularidad de la tierra (por ahora), o para que comiencen a tomar la palabra en las reuniones de asociaciones locales, donde hasta ahora no se las escuchaba.

Enseñar a producir y a negociar

En Etiopía, hay alrededor de 100 millones de personas, pero muchas de ellas viven también en condiciones muy pobres. El hecho de que la mayoría de la población –un 85%– viva de la agricultura ha puesto la mejora de la misma en el punto de mira de Cáritas. Por ahora, desde hace 10 años, se ha triplicado la renta per cápita. Aunque sigue siendo pequeña, con 800 dólares, Gobezayehu subraya el enorme progreso que supone.

El trabajo de la entidad eclesial actualmente se centra en agrupar a los granjeros en cooperativas para mejorar sus posibilidades. Sin embargo, Gobezayehu insiste en la importancia de enseñar a los granjeros a negociar, ya que, hasta hace poco, los comerciantes fijaban los precios y los granjeros simplemente aceptaban, perdiendo dinero y recursos la mayoría de las veces. Al estar agrupados, se hacen fuertes y mejoran sus ingresos, lo que les permite estabilidad económica y alimentaria.

Finalmente, se mejoran los almacenes de comida y se construyen centros médicos y educativos, para que avance toda la comunidad a la vez sin dejar fuera ni a mujeres ni a jóvenes ni a niños. De esta forma, a pesar de centrarse en la alimentación por ser la base de la vida, se procura un desarrollo integral.

Proteger al vulnerable de los desastres naturales

El último testimonio ha sido el de Edwin Garíguez, de Cáritas Filipinas, quien ha explicado que las Islas son el tercer país más pobre de Asia. La enorme cantidad de tifones (una media de 30 al año) hace muy inestable el acceso a la alimentación, afectando especialmente a las comunidades más pobres. Por eso, el proyecto de Cáritas se centra en disminuir la vulnerabilidad de la población, apoyando y asegurando a los pobres.

Actualmente, el proyecto Farms First procura el desarrollo a través de granjas, de nuevo agrupadas en cooperativas que subrayan la importancia de la cooperación entre religiones, siendo un 82% del país cristiano, de forma que, citando a Francisco, “las confesiones no ayuden solamente a llegar al cielo, sino también a cambiar el mundo”.

Compartir
Noticias relacionadas



Evangelio del día

Alicia Ruiz López de Soria, ODN







El Podcast de Vida Nueva