El Papa ha recibido esta mañana –28 de junio– en audiencia a la Delegación que ha viajado a Roma en nombre del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, para celebrar junto al Pontífice la fiesta de san Pedro y san Pablo. Francisco se ha mostrado muy alegre por esta visita, asegurando que es “un signo de la creciente comunión que une” a ambas Iglesias, especialmente en una fiesta que celebra las “raíces comunes” de los cristianos –los apóstoles– algo que considera muy necesario en un mundo en el que las sociedades cristianas cada vez avanzan más rápido hacia la secularización.
“El desprecio por la dignidad de la persona humana, la idolatría del dinero, la propagación de la violencia, la absolutización de la ciencia y la tecnología, la explotación imprudente de los recursos naturales son solo algunas de las señales serias de una realidad trágica a la que no podemos resignarnos”, ha dicho Francisco a la delegación. Y no casualmente, ya que este discurso es muy similar al que defendió el Patriarca Bartolomé recientemente en Roma con ocasión de las conferencias sobre ‘Nuevas políticas y estilos de vida en la era digital’.
Durante la misma, el Patriarca defendió que “es inaceptable que las formas alternativas de desarrollo y la fuerza de la solidaridad social y la justicia sean ignoradas y calumniadas. Nuestras iglesias pueden crear nuevas posibilidades de transformación para nuestro mundo (…) el futuro no pertenece a ‘tener’ sino a ‘ser’, no al individualismo y al egoísmo, sino a la comunión y la solidaridad: no pertenece a la división, sino al amor”. Es importante recalcar las palabras elegidas por el Patriarca, quien eligió el plural de la palabra Iglesia, abarcando a la cristiandad y no solamente a los fieles ortodoxos, algo que también denota la sintonía con Roma.
Y esta convergencia entre Francisco y Bartolomé no es solamente formal, ya que como ha recordado el Pontífice, ambas Instituciones han trabajado en los últimos meses en “iniciativas sobre cuestiones muy importantes, como la lucha contra las formas modernas de esclavitud, la protección de la creación, o la búsqueda de la paz”. Del mismo modo, Bergoglio ha agradecido al Patriarca que haya aceptado su invitación a viajar con él a Bari el próximo 7 de julio, junto a varios líderes cristianos de Oriente Medio para rezar por la situación de la cristiandad en la región.
“Es mi esperanza que se multipliquen las oportunidades en que los católicos y ortodoxos, a todos los niveles, podamos trabajar juntos, rezar juntos, y anunciar juntos el Evangelio de Jesucristo”, ha concluido el Papa a modo de despedida. La delegación, que ayer visitó el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, estará presente esta tarde en el Consistorio en el que se nombrarán nuevos cardenales y mañana asistirá, como es costumbre, a la celebración de los santos Pedro y Pablo junto a Francisco.