Este sábado 30 de junio a las 16:00 horas Argentina volverá a paralizarse ante el partido de octavos que la albiceleste juega frente a Francia en el Mundial de Rusia. Está por ver si jugadores y afición sufren tanto o no como en el último partido del grupo contra Nigeria, el martes 26, donde se clasificaron agónicamente para la siguiente ronda con un gol de Marcos Rojo a cinco minutos del final… Un partido, por cierto, en el que Leo Messi había abierto el marcador, inaugurando así su cuenta goleadora en el torneo.
En los minutos siguientes al partido, cuando el astro argentino habló ante los medios de su país, llamaron la atención sus constantes muestras de fe. Y es que, en toda su carrera deportiva, donde ha logrado los más importantes títulos a nivel de clubes con el Barcelona, pocas veces se le había escuchado tal fervor religioso: “Sabía que Dios está con nosotros y no nos iba a dejar afuera. (…) Sabíamos que Dios nos iba a ayudar. (…) Gracias a Dios pasamos”.
Pudo ser un modo de mostrar su alivio tras la inmensa presión que recayó sobre él tras los fiascos en los dos primeros partidos contra Islandia y Croacia, donde Argentina se quedó al borde de la eliminación y las críticas más duras se centraron en Messi. Pero, igualmente, pudo ser la respuesta a un ingenioso vídeo que, a modo de campaña motivacional, el diario local Diario 26 publicó antes del encuentro frente a los nigerianos. En él, un Dios con acento porteño se dirige directamente a Messi y, sobre imágenes suyas sobre un campo de fútbol, desde que era solo un niño en Rosario hasta la actualidad con el Barça y la albiceleste, le anima en un momento de oscuridad.
“Leo, Leo, no puedo pretender que no llores –se inicia el vídeo– en el momento más triste. Está bien cambiar dolores por lágrimas. No puedo evitarte esto aunque quisiera. La gente puede ser muy cruel, Leo. Critica lo diferente, lo distinto, lo que no entiende… Sé de lo que te hablo. Leo, hijo mío, quiero decirte que no fue en vano mi tiempo en los potreros, donde aprendiste a dominar lo indominable. Te hice bajito para que siempre quisieras crecer, y creciste hasta el cielo. Te moldeé humilde, con un corazón sensible”.
“Cuántas víctimas dejaste –continúa Dios– tiradas en el campo, Leo. Cuántos héroes intocables sufrieron tu capricho. Di hachazos, apunté codazos a tu cara, insultos a tu alma. Te compliqué con el viento y la lluvia. Te propuse ser único, y lo lograste. Dale, Leo, tienes que ser un ejemplo para todos los chicos del mundo. Vamos. Leo, agarra la bola y tírala hasta romperla”.
“Te bendije –concluye el vídeo– con el don máximo. Eres el heredero de este vasto imperio, Leo. Y te lo juro por mí. Cuando llegue la hora, una te va a quedar mansita y la vas a colgar en el cielo de las redes. Ahí, vas a salir corriendo y, más que nunca, me vas a buscar entre las nubes. Y yo diré: este cielo es celeste y blanco. Es tuyo. Vuelve a mirar tu cielo, Leo”.