Por espacio de 36 minutos, y en el Salón de la Biblioteca del Palacio Apostólico, el papa Francisco recibió en audiencia privada, en la mañana de este sábado, 30 de junio, al presidente de Bolivia, Evo Morales, quien participó el jueves 29 en el consistorio para crear nuevos cardenales y el viernes 30 en la misa papal con los nuevos purpurados, entre ellos el boliviano Toribio Ticona.
“Hermano Papa, gracias”, le dijo Morales al Pontífice en su saludo inicial, en la Sala del Tronetto, a lo que Bergoglio respondió con un “bienvenido” y los dos se abrazaron. A continuación, ya sentados ante el escritorio de la Biblioteca, intercambiaron pareceres sobre el Mundial de Fútbol que se está celebrando en Rusia: “¿Cómo va el Mundial?”, le preguntó Morales. A lo que el Papa respondió: “Veremos Argentina…”, selección que ha sufrido para clasificarse para los octavos de final y que esta tare se enfrenta a Francia.
Al final del encuentro, que discurrió a puerta cerrada, los nueve miembros de la delegación boliviana fueron presentados al Papa, momento también en el que se produjo el intercambio de regalos. Esta vez no fueron tan ‘originales’ los de Evo, como cuando le obsequió con un crucifijo sobre la hoz y el martillo. Ahora, el presidente le dio una foto del Papa, tomada desde abajo con un cielo azul de fondo, y en el que se le ve abrazando a un niño con un sombrero nativo de largas plumas.
El regalo del Papa: un ángel que “habla de la paz”
“Esta es una foto de su visita a Bolivia [en el año 2015], explicó Morales. “¡Ah, mira, qué hermoso!”, le respondió el Papa. Además, el presidente le regaló un tablero de ajedrez “hecho por artesanos bolivianos”, le explicó. Francisco, por su parte, le obsequió con el medallón del Ángel de la Paz. “Este medallón fue realizado por un artista romano del siglo pasado –le explicó Bergoglio–. Él es el ángel de la paz que encadena y cierra el demonio de la guerra. Habla de paz entre los países“, en un mensaje que para nada era casual y que podía interpretarse como una llamada al entendimiento con Chile.
“Quiero leer la inscripción –continuó el Papa–: ‘Trabajar por un mundo de solidaridad y paz, formado sobre la justicia‘”. E insistió: “Él es el ángel de la paz que encadena y encierra al demonio de la guerra. ¡Y de injusticia!”. Asimismo, el Papa le entregó, con su firma, copia de sus documentos programáticos Evangelii gaudium, Amoris laetitia, Gaudete et exsultate, así como el último mensaje para la Jornada Mundial de la Paz.
Aunque no ha trascendido información sobre lo hablado a puerta cerrada, es más probable que en este sexto encuentro en cinco años entre Francisco y Morales, hablasen del contencioso que Bolivia mantiene con Chile por su deseo de tener una salida al mar, un tema que lleva años envenenando las relaciones entre ambos países, así como de la relación del Gobierno boliviano con el Episcopado del país.
En todo caso, Morales no quiso tampoco confirmar estos detalles y, en la víspera, en entrevista con Radio Panamericana, prefirió “por seguridad del Estado”, no desvelar qué asuntos tratarían, aunque lo dejó entrever al afirmar que “el hermano papa Francisco siempre pregunta sobre el tema del mar, conoce la historia, no quiero adelantarme sobre el camino que vamos a tener, pero analizamos cómo seguir en el escenario post La Haya”.
Evo, emocionado con el primer cardenal indígena
Este encuentro se ha enmarcado en la presencia en el Vaticano del presidente boliviano, invitado por la Conferencia Episcopal de ese país –como gesto de buena voluntad tras unas relaciones un tanto tormentosas, y que han salpicado incluso al neocardenal- y que el propio Morales ha saludado con gratitud en su cuenta de Twitter, señalando que “acudimos al Vaticano con el corazón lleno de alegría y esperanza, a la consagración del primer cardenal indígena y obrero de nuestra historia, el hermano Toribio Ticona. Con su nombramiento, por el hermano Francisco, Papa de los pobres, nuestra Iglesia se acerca más a nuestro pueblo”.
Presente, por tanto, en la ceremonia de la basílica de San Pedro en la tarde del jueves 28 de junio, Morales lo calificó de “día muy emotivo” y de una “emocionante consagración del hermano Toribio Ticona como cardenal de Bolivia. Acto histórico e inédito, no solo para el país y la región, sino para todo el movimiento indígena del mundo. Ahora la Iglesia tiene un cardenal del pueblo“.
Habían pasado apenas dos semanas desde que la Conferencia Episcopal de Bolivia emitiese un sorprendente comunicado en el que se evidenciaba la distancia con el neocardenal en cuanto a sus opiniones políticas, que le habrían llevado, según publicó la prensa del país a mediados de este mes de junio, a criticar a los obispos por desaprobar medidas de gobierno adoptadas por Evo Morales.
Toque de atención de los obispos al neocardenal
“La Conferencia Episcopal Boliviana y sus autoridades, legítimamente elegidas, o sea, presidente, vicepresidente, secretario general y Consejo Episcopal Permanente, es la voz oficial de la Iglesia católica en Bolivia. El cardenal [Toribio Ticona] es miembro de la Conferencia Episcopal Boliviana, como obispo emérito, teniendo derecho a voz, de acuerdo con sus Estatutos”, señala la nota episcopal en un tono respetuoso, pero firme, y subrayando que esas diferencias de opinión no conllevan “división o manipulación de la Iglesia”.
“Con Evo somos amigos y voy a dar el paso para que nos acerquemos y nos respetemos mutuamente, el presidente con su ideología y su partido, y la Iglesia servidora de los hombres”, señaló el nuevo purpurado, quien busca un acercamiento entre ambas partes.
Morales da largas al Episcopado
En ese “espíritu de unidad y comunión”, la Conferencia Episcopal Boliviana emitió el 25 de junio otra nota en la que daba cuenta de que había invitado al presidente Morales a viajar al Vaticano “para participar de estos actos y para que, con su presencia, represente a los bolivianos en este acontecimiento que resalta el compromiso de la Iglesia católica con los más pobres”.
Es más de lo que ha hecho hasta ahora Evo Morales, que hasta en dos ocasiones rechazó las peticiones de la Conferencia Episcopal de mantener un encuentro y que ha llevado a los pastores a afirmar que “la Conferencia Episcopal no logra tener un diálogo con el Gobierno, no hay un diálogo diría normal, ya no fluido, que desde luego no lo hay, pero ni siquiera normal”.