La asignatura de Religión no tendrá valor académico, no contará para la media ni dispondrá de una alternativa. Esa es, al menos, la intención del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, que pretende, además, sacarla adelante mediante una nueva ley educativa que entraría en vigor durante el curso 2019-2020, según señala la ministra de Educación y FP, Isabel Celaá, en El País.
“Religión no puede tener valor académico y contar para la nota media. Y, desde luego, no puede tener una asignatura espejo como alternativa, porque eso significa que el derecho de unos se convierte en la obligación de otros. Los valores cívicos han de ser universales y, por lo tanto, todos los alumnos y alumnas han de cursarlos”, asegura la también portavoz del Ejecutivo.
Aunque la ministra no quiere hablar de volver a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, “si esto va a ser objeto de diatriba por un nombre”, asegura con rotundidad que “crearemos una asignatura de valores cívicos y éticos, y no será optativa”.
Celaá, aunque quiere enviar un “mensaje de tranquilidad general” a la espera de hacer un “diagnóstico certero”, deja también un aviso a la concertada. “Aquellos centros que están cumpliendo fielmente con sus obligaciones no tienen nada que temer. Pero queremos una red pública sólida, y la red concertada es complementaria de la pública, pero no al revés”.
“La Lomce ha permitido que algunas comunidades hayan cedido terrenos públicos para centros concertados. De facto, la educación pública se ha convertido en una red subsidiaria de la concertada. Esto no puede ser. La educación pública es el referente, el eje vertebrador del sistema educativo. No puede ser sustituida por la concertada”, asegura la ministra.
Entre otros con estos mimbres, Isabela Celaá aspira a alcanzar un pacto educativo y sacar adelante, “con mayoría suficiente” una nueva ley que sustituya a la Lomce del PP.