Comienza el éxodo vacacional. Unos 90 millones de desplazamientos están previstos este verano en las diferentes ‘operaciones salida’ por las carreteras españolas. Y cada año, desde hace 50, la Iglesia viene acompañando esos trayectos con una atención pastoral específica que nació “como un grito de oración por la carretera y contra tantas muertes que se producían en aquellos años, y que se siguen produciendo”, como señala José Aumente, director del Departamento de Pastoral de la Carretera de la Conferencia Episcopal Española.
Un grito que vuelve a repetirse este domingo 1 de julio, fiesta de San Cristóbal, patrono de los conductores, fecha en la que la Iglesia española celebra la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico, este año bajo el lema ‘Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días’ (Mt28, 21)’.
La preocupación de los papas y las recomendaciones del Concilio Vaticano II motivaron a la Comisión Episcopal de Migraciones a crear un organismo, dependiente de ella, que se preocupara pastoralmente de estas personas relacionadas con la carretera. De ahí nació el Departamento de Pastoral de la Carretera que, como señala en el mensaje de este año, cumple “medio siglo en camino con los conductores y peatones como ‘Iglesia en salida’, que diría el papa Francisco, aportando su granito de arena, para que la movilidad por nuestras carreras y calles sea un poco más segura”.
El agradecimiento de la Dirección General de Tráfico
Y aunque José Aumente reconoce que es imposible saber cuáles han sido sus efectos a la hora de contribuir a una buena conducción, sobre todo en las fechas de salidas masivas de vehículos coincidiendo con los períodos vacacionales, a este sacerdote le gusta recodar que la propia Dirección General de Tráfico “agradeció esta labor a la Conferencia Episcopal Española diciéndole que aunque nunca sabríamos el bien que hemos hecho, nos necesitaban ahí, con esta tarea”.
Lo que sí sabe este sacerdote son cuáles deben ser las cinco principales normas que deben marcar la conducción, al menos, de los cristianos en las carreteras:
1.- No matarás
“Conducir con un volante en las manos es lo mismo que conducirte en la vida, y este mandamiento es imperativo también para cuando vas en el coche, donde tenemos que desarrollar una conducción atenta y responsable para con los demás”.
2.- No te matarás
“Dios me ama tanto y yo amo tanto la vida que la preservo, la llevo entre algodones y no la pongo en riesgo, porque no es mía, sino un regalo que Dios me ha dado y que yo no puedo despreciar ni tirar. Tengo que conservar como oro en paño ese respeto por la vida que se me ha dado y no hacer cosas raras al volante“.
3.- No serás egoísta
“Es una cuestión clave. Los accidentes por causas mecánicas son los mínimos. Casi el 100% de los siniestros tienen causas humanas, es decir, que no lo podemos achacar a los vehículos, sino a los conductores, y ahí las culpas de uno las puede pagar también el que va en otro coche, que no tenía ninguna responsabilidad. Así que, como dice el Evangelio, no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”.
4.- Serás misericordioso
“No te enfades, no te cabrees al volante, perdona que alguna persona pueda tener algún desliz, pero no perdamos los nervios y la calma, porque yo no soy mejor que el otro y el desprecio a los demás no es un buen camino para conducirse”.
5.- Respetarás la naturaleza y no contaminarás
“En línea con lo que nos dice el papa Francisco en Laudato si’, tenemos que aspirar a hacer posible la contaminación cero. Se ha avanzado ya mucho con los coches eléctricos y hay que seguir por ese camino, lo mismo que con la sensibilización hacia la naturaleza, que ha crecido mucho en los últimos años, aunque seguimos ensuciando y contaminando nuestra casa común”.
