La presencia femenina ha copado la jornada matutina de la 71 Semana Española de Misionología de Burgos. La primera ponencia ha corrido a cargo de Leticia Soberón, experta en inteligencia colaborativa, con la charla titulada ‘Enredados en la Misión’, quien ha defendido que, ante el nuevo modo de pensar que ha traído internet, la Iglesia debe trabajar de una forma más unida.
“El mundo presencial y el digital son dos caras de la misma vida”, ha explicado Soberón. “Internet ha creado formas diferentes de pensar y de procesar la información. Por ello, para dirigirse a un joven cuyo cerebro está configurado en el modelo digital, no nos basta con lo que hacíamos en las generaciones anteriores”, ha continuado. La profesora ha señalado que es normal que los niños se aburran en clase o en Misa, porque su mente está configurada de diferente modo: “No podemos estar instalados en nuestra vieja manera de hacer las cosas, porque no nos entienden. La Iglesia tiene que cambiar la forma de trabajar, hacia una forma más sinodal y colaborativa”.
El Evangelio desde las redes sociales, los libros y el cine
La mesa redonda posterior ha profundizado en cómo comunicar a las nuevas generaciones el Evangelio desde tres ámbitos: las redes sociales, el mundo editorial y el cine.
Xiskya Valladares, conocida como la “monja tuitera”, ha animado a las instituciones de la Iglesia a tomarse las redes sociales en serio, en clave de misión, ya que “nos estamos jugando que los jóvenes conozcan o no conozcan a Jesús”. La religiosa ha propuesto destinar recursos humanos y económicos para realizar planes estratégicos que estudien y elaboren mensajes adecuados a los diferentes públicos y que los objetivos estén claros, porque “el mensaje de Jesús se merece este esfuerzo”.
La directora de la Editorial San Pablo, María Ángeles López, ha explicado que, a pesar de las dificultades que tiene el mundo eclesial actual, “esta sociedad tiene más necesidad que nunca de Evangelio”. Y ha propuesto renovar escuchar las inquietudes de los lectores y renovar los lenguajes pero sin desvirtuar el mensaje. “¡Cuidado con descafeinar a Dios! Más que buscar nuevos lenguajes para transmitir la fe, tenemos que buscar la auténtica fe para encontrar los nuevos lenguajes”, ha concluido.
Y, en último lugar, ha intervenido Assumpta Serna, quien ha señalado que desde el cine se pueden transmitir muchos valores: “Yo me hice actriz para contar verdades”. La intérprete fundó una escuela de actores por la que han pasado más de 4.000 estudiantes. Ha contado que todo lo que ha aprendido como actriz lo está poniendo al servicio de la Iglesia, a través de un curso de verano en Ciudad Rodrigo, en el que forma a seminaristas para que sepan comunicar bien, con honestidad: “Estoy orgullosa de servir a este nuevo colectivo que quiere comunicar el mensaje más verdadero que hay: el Amor”.
