“La identidad del Ordo virginum debe ser custodiada respetando y valorizando la diversidad de los contextos eclesiales, culturales y sociales en los que el carisma se expresa, y teniendo en cuenta las situaciones locales”. Para intentar alcanzar ese objetivo planteado por el arzobispo gallego José Rodríguez Carballo, secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA), el Vaticano ha publicado hoy, 4 de julio, la instrucción ‘Ecclesiae Sponsae Imago’, dedicada a las vírgenes consagradas y que llega cuando faltan dos años para que se cumpla medio siglo desde que el beato Pablo VI promulgó el rito de consagración para las mujeres que optaban por esta vocación.
Carballo ya adelantó el pasado noviembre a Vida Nueva que la Santa Sede estaba preparando un documento para poner “un poco de orden” en el Ordo virginum. El cardenal brasileño João Braz de Aviz, prefecto de la CIVCSVA, explicó hoy que ‘Ecclesiae Sponsae Imago’ “profundiza en la fisonomía y la disciplina de esta forma de vida” por la que, según una estadística realizada en 2016, han optado más de 5.000 mujeres en todo el mundo. Su número vive un continuo crecimiento. La instrucción pretende “ayudar a descubrir la belleza de esta vocación”, según Braz de Aviz, que anunció un encuentro en 2020 en Roma de todas las fieles pertenecientes al Ordo virginum.
Responsabilidad del obispo
Carballo aseguró que el documento es fruto de un “trabajo sinodal” tanto con las propias vírgenes consagradas como con los obispos de las diócesis a las que pertenecen. Se pretende con él responder a las peticiones de orientación que planteaban los prelados, a quienes les corresponde el cuidado pastoral del Ordo virginum, el discernimiento de las vocaciones de las aspirantes y su formación.
‘Ecclesiae Sponsae Imago’ está dividido en tres partes: la primera dedicada a la “vocación y el testimonio” de las vírgenes consagradas, la segunda a su configuración en la Iglesia universal y en las comunidades locales, y la tercera al discernimiento vocacional y a la formación.
Libertad creativa
Tras recordar que los orígenes del Ordo virginum están en las primeras comunidades apostólicas, Carballo explicó cuál es el elemento peculiar que distingue a esta realidad de los Institutos de Vida Consagrada. “El carisma de la virginidad se armoniza con el carisma propio de cada consagrada, dando lugar a una gran variedad de respuestas a la vocación, en una libertad creativa que exige sentido de la responsabilidad y ejercicio de un serio discernimiento espiritual”.
Las vírgenes consagradas pueden vivir con sus familias, en solitario o junto a otras mujeres que hayan elegido el mismo camino, siempre que resulte favorable para expresar su vocación. El secretario de la CIVCSVA explicó que su estilo de vida ha de ser “casto, pobre y obediente”, dedicado a “la oración, la penitencia, las obras de misericordia y el apostolado, cada una según su propio carisma”.
Camino de santificación
Las mujeres que opten por el Ordo virginum no han de perder de vista la importancia de enraizarse en una diócesis. “Es un vínculo especial de amor y de pertenencia recíproca: la consagrada se reconoce hija de una Iglesia particular, comparte su historia de santidad, y con sus dones contribuye a su edificación y participa en su misión”, destacó Carballo.
El ‘número dos’ del ‘ministerio’ de los religiosos indicó que aunque pueda parecer un “anacronismo” volver a proponer hoy el Ordo virginum, se trata de un “acto de confianza hacia la acción del Espíritu Santo, que está conduciendo a muchas mujeres a acoger e interpretar esta vocación”, que consideró un “exigente y fascinante camino de santificación”.