El expresidente del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero ha concedido una entrevista al diario argentino Clarín en la que valora la difícil situación de Venezuela, en la que él ha participado como mediador entre Gobierno y oposición. Zapatero defiende que la respuesta a la grave crisis humanitaria y de gobierno no pasa por “aplicar sanciones, aislarlo, presionarlo y llevarlo a un bloqueo financiero más intenso que el que tuvo Cuba”, ya que eso pasa más factura a los ciudadanos que al gobierno. Su respuesta es otraL “La paz, siempre; el diálogo, siempre”.
Y afirma, tras su encuentro en Roma, que el papa Francisco y él convergen en esta línea: “Coincidimos en el gran valor que había que poner en la vida política, en las circunstancias difíciles. Buscar la persuasión y no la presión. Ayudar a Venezuela”. Sin embargo, los medios de cada uno para esta persuasión van sin duda por caminos muy distintos. Zapatero afirma que el Gobierno de Maduro apoya este diálogo democrático, y cuando es preguntado por la posibilidad de que el actual presidente se aparte de su cargo, lo defiende: “El problema es que la gente votó a Maduro en las elecciones pasadas”, incluso reconociendo que “en estos comicios no participó la oposición. Fueron elecciones muy singulares”.
Por tanto, a ojos del político vallisoletano el diálogo es la clave, pero primero hay que despojarse de “un prejuicio muy instalado” en todo el mundo. También debe pasar por el fin de los complots, ya que afirma que “hay gente que complota, que quiere derribar al Gobierno de Maduro como sea”.
Joan Capdevila, diputado por Esquerra Republicana de Cataluña, ha dirigido una carta al papa Francisco en la que pide al Pontífice “una palabra de reconocimiento y de aliento” hacia los “presos políticos”.
La epístola de Capdevila, publicada en La Vanguardia y escrita íntegramente en catalán, apela a la sensibilidad de Francisco hacia los problemas “de toda la humanidad”, sabiendo que el Papa denuncia continuamente situaciones de guerra, hambre, persecuciones o graves crisis sociales que se dan alrededor del mundo. El diputado pone en conocimiento de Bergoglio que en Cataluña hay un problema, concretamente la presencia de “políticos presos por defender pacíficamente el derecho de la autodeterminación”, derecho que, defiende, “la Doctrina Social de la Iglesia proclama”.
La misiva continúa calificando de “evangélica” la actitud que mostraron los políticos independentistas durante el 1 de octubre, ya que se basaron en la “no violencia que el Vaticano II elogió”. Más allá de esto, relata también que varios de los presos –Oriol Junqueras y Joaquim Forn– son católicos reconocidos, y denuncia la “dificultad que tuvieron para acceder a los sacramentos”.
Desde la salida de España y Francia de Marruecos, allá por 1956, una gran cantidad de iglesias construidas por ambas potencias quedaron abandonadas y fueron finalmente desacralizadas por falta de fieles –casi todos eran ciudadanos de las dos potencias– pasando en su mayoría a manos del entonces recién formado Estado Marroquí. Ahora, muchos de estos templos se han revitalizado y gozan de una segunda vida, con un amplio abanico de posibilidades, desde hoteles a mezquitas pasando por oficinas.
Según publica ABC, en Tetuán o Casablanca abundan las parroquias convertidas en hoteles y centros culturales, igual que en Rabat una restauración ha transformado una iglesia en centro de acogida de inmigrantes. Mayor es el proyecto que se está llevando a cabo en la Catedral del Sagrado Corazón de Casablanca, a cuya remodelación se han destinado varios millones de euros, aunque su uso en el futuro aún es una incógnita, o un templo de la misma ciudad que ha sido reaprovechado como mezquita.
La otra cara de la moneda está en las que han quedado completamente abandonadas, sin muebles, con la vegetación silvestre comiéndose el suelo y las paredes. Es el caso de la antigua iglesia de la población de Salé, en Rabat, o la de Youssofia, en la región de Marrakech, que ahora sirve de mural para los grafiteros.