La Asociación Mexicana de Tanatología A.C. está celebrando su treinta aniversario. Es una organización pionera, en el país, en todo lo que se relaciona a los campos tanatológicos y suiciodiológicos. Fundada el 18 de noviembre de 1988, esta asociación tiene como objetivos principales curar, con base en la prevención y la intervención, el dolor de la muerte y el de la desesperanza, tanto del enfermo terminal y de sus familiares, como de aquellas personas que, por diferentes motivos, tienen conductas suicidas.
Crece la demanda de tanatólogos
En entrevista para Vida Nueva, el doctor Felipe Martínez Arronte, presidente de la Asociación Mexicana de Tanatología, explicó que aproximadamente ocho de cada diez personas saben cómo trabajar este tipo de pérdidas, y lo hacen a través de sus familiares y redes de apoyo.
Sin embargo, cada vez son más las personas que recurren a la Tanatología en busca de ayuda. Y lo hacen por dos razones: porque con los años, la gente ha ido conociendo las bondades de esta disciplina, pero también porque la población en las ciudades ha crecido.
El doctor Martínez Arronte destaca un dato curioso: “Hace años la Asociación hizo un estudio, el cual arrojó que el 98 por ciento de las personas que piden ayuda tanatológica son mujeres”. Y es que –continúa– cuando hablamos del tema de la salud o la muerte de un ser querido, la mujer muestra más necesidad de expresar lo que está viviendo, y por lo tanto, pide ayuda.
Para el especialista, esto no pasa con el varón, pues a éste le cuesta más trabajo expresar este tipo de situaciones; no obstante, cada vez son más los que piden ayuda. “Antes hablábamos de un 2 por ciento; ahora podría decir que los hombres representan el 10 por ciento de las personas que buscan la ayuda tanatológica”.
La religión, un aliado
Desde su experiencia, el galeno afirma que la religión es clave para superar el sufrimiento causado por la muerte de un ser amado; “el saber que la vida no se acaba aquí, le da mucha tranquilidad y esperanza a las personas”, afirma.
Por esta razón, los tanatólogos trabajan mucho en el área místico-religiosa de los pacientes, de tal manera que se considera que una persona que practica una religión va un paso adelante en el proceso para superar el duelo.
“Toda persona religiosa es espiritual, y en esto lleva una gran ganancia, lo hemos visto; incluso, hay estudios que lo reflejan. La religión ofrece mucha tranquilidad y esperanza a los pacientes, ya sea que hayan perdido a un ser querido o padezcan alguna enfermedad terminal”, agrega.
Pidiendo ayuda
La mayoría de las personas que acuden a la Asociación Mexicana de Tanatología es porque tuvieron una pérdida importante y muestran dificultades para manejar su proceso de duelo. También hay quienes están viviendo un proceso como consecuencia de una enfermedad terminal y les cuesta afrontar dicha situación.
Por otra parte –añade el doctor Martínez– atendemos también a los familiares de personas que fueron asesinadas o con enfermedades terminales, e incluso, que han sufrido algún asalto o violación.
En relación con las dificultades que se presentan para ayudarlas, advirtió que la principal consiste en que la persona no acepte la ayuda; “tiene que ser ella quien decida si quiere o no llevar el tratamiento; quien sufre debe ser el primero en darse cuenta que necesita ayuda, y tener voluntad para trabajar en su situación”.
El doctor asegura que muchas veces, durante el proceso, el tanatólogo se va dando cuenta que el principal obstáculo para que la persona supere el duelo está en la misma familia o en los amigos, cuyos comentarios, lejos de ayudar lo perjudican, pues le sugieren, por ejemplo, que ya deje de pensar en el ser querido.
Un gran pilar de apoyo
El objetivo de la terapia tanatológica es que el paciente vaya aceptando la pérdida, y de esta manera, pueda reorganizarse para continuar viviendo. Para ello, el tanatólogo favorece y promueve la escucha activa, poniendo especial atención en lo que el paciente necesita hablar y expresar.
“Es importante que la persona sepa que para ayudarla es necesario escuchar su historia de vida, lo que permite al tanatólogo comprenderla y lograr la empatía. Se tiene que establecer una verdadera relación de ayuda, a través de la cual se le impulsa y se le guía, a fin de que el propio paciente vaya construyendo su esperanza y pueda salir adelante”, dice.
De acuerdo con el Presidente de la Asociación, el promedio de terapias a las que debe acudir una persona que sufre por la muerte de un ser querido, es de entre seis y ocho. No obstante, esto depende de la problemática y del tipo de duelo.
“La muerte de un hijo, de un padre o de una madre, son muy complicadas; pero varía mucho el dolor de cada integrante de la familia, pues cada uno lo vive de manera diferente. También es muy distinta una muerte inesperada, a la muerte de un enfermo al que se ha visto cómo su salud se ha ido deteriorando. Todo esto determina el tiempo que requiere la terapia”.
Un congreso para todos
Finalmente, el doctor Felipe Martínez Arronte se refirió al XII Congreso Nacional de Tanatología: “Transformando la vida en comunión con la muerte”, que se llevará a cabo del 15 al 17 de noviembre en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Explicó que dicho evento pretende difundir la importancia de humanizar la muerte y de poder hablar sin miedo sobre el tema.
“De alguna manera, al final los aprendizajes que tengamos de las conferencias, los cursos y las actividades, nos llevarán a lo que buscamos: crecer y ser mejores personas, y poder cada quien, en su sitio de trabajo, transmitir este mensaje tan importante de lograr que al final todos tengamos una muerte digna”.
Estos congresos se llevan a cabo cada dos años, pero en particular el que se tiene programado este 2018 está generando gran expectativa; “pretendemos que lleguen de varios estados del país, con el objetivo de que la tanatología se conozca cada vez más y llegue a donde más se necesita”.
