La grave crisis que afecta al pueblo venezolano, en especial a los más pobres, motivó a los directores y delegados adscritos a la red de Cáritas de Venezuela –de 28 diócesis y arquidiócesis del país– a expresar en un comunicado su preocupación ante “la penosa situación que viven nuestros hermanos, cómo sobreviven ante esta crisis económica y cómo la diáspora de la migración aumenta cada día en nuestro país”.
En su última reunión –sostenida entre el 19 y 21 de junio– los integrantes de Cáritas Venezuela coinciden en afirmar que “muy a nuestro pesar, las coincidencias en el testimonio de todas las diócesis tristemente nos lleva a concluir que en este momento la dignidad humana está siendo agredida e irrespetada”.
Situaciones como el déficit nutricional, la falta de medicamentos, el abuso de poder por parte del Estado y el deterioro de servicios básicos son las principales causas que han acentuado la fragilidad y la dependencia, “especialmente en aquellos que son los más vulnerables”.
En el marco de su reunión nacional, los representanes de Cáritas aseguraron que “la ruptura del orden social y de la normalidad de la vida cotidiana es inocultable y está a la vista de todos los venezolanos”.
Datos suministrados por la comisión de economía de la Asamblea Nacional indican que la inflación venezolana en 2017, aún sin las cifras del Banco Central, fue de 2.616%, mientras que la firma Ecoanalítica la estimó en 2.735%, según reseña El Nacional.
Como testigos presenciales, los integrantes de la red Cáritas denunciaron que el aumento del éxodo de venezolanos, la minería ilegal, la trata de personas en zonas urbanas, la reaparición de enfermedades prevenibles y la violación de los derechos de personas privadas de libertad, son parte de las “innumerables expresiones que nos indican el recrudecimiento de la crisis”.
No obstante, los directores y delegados de Cáritas reconocen “el trabajo que está realizando la Iglesia católica”, sin dejar de valorar, con espíritu ecuménico, “el esfuerzo que llevan adelante diversas profesiones de fe y un gran número de voluntarios de la sociedad civil a favor de los más afectados por esta crisis”.
“No obstante ante la gravedad de las situaciones expuestas solicitamos al Estado Venezolano la garantía de los derechos a la vida, la alimentación y la salud tal como está consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”, puntualizaron.
Cáritas invita a toda la población “a organizar o sumarse a tantas acciones de solidaridad, así como a no perder de vista la perspectiva de derecho en cada una de estas acciones”. En este sentido, ha exigido “el respeto de nuestros derechos fundamentales y la posibilidad de seguir desarrollando toda labor de acción social e intervención humanitaria, en pro del bienestar común y una nueva dignificación de cada venezolano y venezolana”.
Además suscriben el llamado de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) a ser apóstoles de la esperanza, “perseverando en el mandamiento del amor y mirando en nuestro prójimo el rostro de Nuestro Señor Jesucristo”.
Precisamente, tras la reelección de Nicolás Maduro el pasado 20 de mayo, la Iglesia, a través del presidente de la CEV, José Luis Azuaje, fijó su posición, en conversación con Vida Nueva, y afirmó que “después del 20 seguiremos haciendo lo que hemos hecho antes del 20: trabajar por salvar a niños desnutridos, a enfermos con dificultades para conseguir medicamentos, acompañar a madres y padres que se quedaron solos”.
Desde el pasado 7 de julio y hasta el próximo 11, los obispos participan en la 110ª Asamblea Ordinaria Plenaria. Se espera, al final de la reunión la acostumbrada exhortación pastoral de cara a los desafíos de la Iglesia en Venezuela.