Pablo VI valoró la posibilidad de que, dentro del matrimonio, se pudieran utilizar métodos anticonceptivos como la píldora e incluso impulsó una consulta a los obispos al respecto, pero al final no consideró aceptable esta tesis y acabó cerrándole la puerta en la encíclica ‘Humanae Vitae’, de cuya publicación se cumplen 50 años el próximo 25 de julio.
Sólo respondieron por escrito 26 de los 200 obispos participantes en el Sínodo celebrado en octubre de 1967 al sondeo propuesto por el Papa Montini. De ellos se mostraron en contra una minoría de 7, entre los que estaba el joven arzobispo de Cracovia, Karol Wojtyla, que años más tarde se convertiría en san Juan Pablo II. Aunque la opinión de los prelados fue mayoritaria a favor de una apertura al uso de la píldora anticonceptiva, como ocurrió igualmente con la comisión de expertos creada para estudiar esta cuestión, Pablo VI consideró que la Iglesia católica no debía variar su posición al respecto.
La encíclica que no vio la luz
El complejo recorrido que llevó a la publicación de la ‘Humanae Vitae’ ha quedado desvelado en ‘La nascita di un’enciclica’ (El nacimiento de una encíclica), publicado ayer por la Libreria Editrice Vaticana. Firmado por monseñor Gilfredo Marengo, docente de antropología teológica, el libro recoge documentación inédita hasta el momento proveniente del Archivo Secreto Vaticano y del archivo de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Entre los descubrimientos de Marengo hay una encíclica que nunca vio la luz, titulada ‘De nascendae prolis’ y que iba a ser promulgada el 23 de mayo de 1968. Su publicación se paró en el último momento por las dudas que plantearon los traductores del texto al francés y al español, entre los que estaba Eduardo Martínez Somalo, que entonces trabajaba en la Secretaría de Estado y años más tarde sería creado cardenal por Juan Pablo II.
Nueva redacción
‘De nascendae prolis’ no introducía una apertura al uso de los anticonceptivos, pero tenía un estilo que parecía poco adecuado para hacer entender a los fieles la postura de la Iglesia en una cuestión tan controvertida. Tras sucesivas modificaciones y correcciones, en las que participa el propio Pablo VI, finalmente el texto viene aprobado el 8 de julio de 1968 con el título definitivo de ‘Humanae Vitae’.
Marengo considera que la decisión en contra del uso de la píldora del Papa Montini, que será canonizado por Francisco el próximo 14 de octubre, estuvo influenciada por la difusión de “inquietantes políticas contrarias a la natalidad en muchas partes del mundo, en particular en las zonas más pobres y subdesarrolladas”.