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Los lefebvrianos eligen a un general más reacio a la reconciliación con Roma





La Hermandad Sacerdotal San Pío X culminó el pasado miércoles 11 de julio su capítulo general en Econe, Suiza. En él se escogió a un nuevo superior general de la hermandad, el sacerdote Davide Pagliarani, quien sustituye al obispo suizo Bernard Fellay después de dos mandatos de 12 años cada uno. La elección fue una sorpresa, ya que la gestión de Fellay y los apoyos con que contaba le hacían partir una vez más como favorito.

Fellay, ordenado sacerdote y después obispo por el propio Lefebvre, ha estado a la cabeza de la Hermandad desde 1994, y por tanto es el responsable de haberla liderado en las conversaciones con la Iglesia Católica. Signo visible de esta reconciliación es el levantamiento de la excomunión en que habían incurrido los obispos ordenados por Lefebvre en 1988, y que Benedicto XVI levantó en 2009.

Según recoge Le Figaro, la elección de Pagliarani podría suponer un duro revés para las conversaciones entre la Hermandad y la Santa Sede, que han avanzado sobremanera en los últimos años, ya que pertenecería al sector más inmovilista y por tanto más crítico con Roma de la Hermandad. Recordamos que, además del levantamiento de la excomunión, Francisco permitió a sus sacerdotes celebrar confesiones y matrimonios, y como punto fuerte se estaría preparando una prelatura personal, a imitación del Opus Dei, que permitiera la normalización completa de la Hermandad. Por ahora habrá que esperar los movimientos del nuevo superior.

Barreto pide que se publique la sentencia de Figari

El recientemente nombrado cardenal Pedro Barreto informó ayer a los medios desde Lima de que pedirá a la Santa Sede la publicación cuanto antes de la sentencia que pesa sobre Luis Fernando Figari, quien fuera líder del Sodalicio de Vida Cristiana, acusado de abusos sexuales entre otros cargos. Barreto, quien califica a Figari de “persona pervertida”, recuerda que el Papa afirmó en su día que “en un mes se daba una sentencia muy fuerte contra él”.

Sin embargo, estas palabras del Pontífice fueron pronunciadas en su viaje a Perú entre el 18 y el 21 de enero, y aunque la sentencia haya tenido lugar, no se ha publicado. Esto no está gustando nada en la Conferencia Episcopal,  algo que ha expresando el purpurado “Como presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana estamos muy urgidos para que se conozca pronto la verdad de la sentencia”. Según recoge Andina, Barreto ha tomado la resolución de “comunicarnos con la Santa Sede, (para saber) por qué no se ha hecho pública“.

Por ahora, Figari ha sido efectivamente condenado y vive recluido en el Vaticano, de donde no le está permitido salir, y menos aún volver al Perú. También ha sido apartado, según lo que se conoce de dicha sentencia no hecha pública- a estar aislado de contacto social.

César Franco critica la reforma que prevé el Gobierno en Educación

El obispo titular de Segovia, César Franco, quien es además presidente de la Comisión de Enseñanza de la Conferencia Episcopal, ha reaccionado en los micrófonos de COPE al anuncio de la ministra de educación de que la asignatura de religión no computará en la nota media de los alumnos. Además de esto, la ministra Celaá ha criticado la educación diferenciada y ha propuesto una nueva asignatura obligatoria de valores cívicos que con toda probabilidad emulará la educación para la ciudadanía del gobierno Zapatero.

Franco -quien ha afirmado que “Este anuncio es una sorpresa”- ha respondido a la ministra recordando que “parece que la ministra se olvida del artículo 27 de la Constitución, dónde se presenta el verdadero pacto educativo. La libertad de la enseñanza supone el reconocimiento de crear centros docentes, en los que haya respeto, y en los que se adopte la pedagogía oportuna”.

La crítica a la educación religiosa y a la diferenciada supone un ataque casi directo a los centros concertados, sobre lo que el mitrado ha asegurado que “esto puede ser un golpe muy fuerte. Aquí estamos tocando los derechos fundamentales de padres y alumnos“. Finalmente, en cuanto a la nueva asignatura, ha ofrecido una interesante interpretación “Es una forma de decir, nosotros somos los que vamos a educar a los alumnos de los centros con algo obligatorio. Las palabras dicen mucho, porque ¿qué se entiende hoy por ética?, ¿quién va a dar esos contenidos? Hay una discriminación”.

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