Nuevamente los curas villeros convocaron a una conferencia de prensa en la Villa 31 para dar a conocer la iniciativa de crear centros de atención a mujeres embarazadas en situación de riesgo o con embarazos inesperados.
Con un mensaje ratificaron la necesidad de cuidar la vida en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte. Por tal motivo se comprometen con la “cultura de la vida y los derechos humanos”.
Manifestaron que cada ser humano siempre será el rostro de Dios, más allá de su fragilidad y “la lucha por la igualdad –tan invocada en los discursos de estos días– está en nuestro ADN…”.
Con el mismo espíritu del documento “Con los pobres abrazamos la vida”, ofrecen una respuesta concreta a las necesidades de las “villas y barrios populares, allí donde la vida se lleva adelante pese a las dificultades“. Y donde cada embarazo es esperado y recibido como un don, un regalo…
Estos curas –que viven cotidianamente con estas comunidades– confirman que el compromiso y valoración de la vida la aprendieron no solo del Evangelio, sino de las mujeres pobres con las que comparten su vida y trabajo. “Muchas veces son madres de sus hijos y de los del pasillo”. y comentan que justamente estas mujeres de los barrios eligen la vida de los niños por nacer y la de sus mamás, incluso cuando el papá está ausente y deben hacerlo solas… Por esto las mujeres serán las grandes protagonistas de esta propuesta: como sujetos de derechos que no solo reciben contención y cuidados, sino que también lo brindan a sus pares. Sí, las mismas mujeres de nuestras comunidades llevarán adelante los Centros que recibirán el nombre de: “Hogar del abrazo maternal”.
También invitan a otros a imitar su gesto, convencidos en que vale toda vida y que las sociedades muestran su verdadero rostro por la forma en que tratan a aquellos más débiles “elegimos hacernos cargo comunitariamente de estas situaciones dramáticas y no esperamos acríticamente la instalación de una verdadera cultura del descarte humano”.
En forma gradual, se irán abriendo estos centros para recibir a tantas mujeres que llevan adelante embarazos en condiciones de fragilidad y desamparo.
Ante el próximo debate en el Senado de la Nación del proyecto de despenalización que tiene media sanción, esperan que “los senadores puedan dar cuenta del inmenso valor que tiene toda vida humana, la de la madre y la de la niña o niño por nacer”.