España

Silos, abierto por vocaciones





“Hay una vuelta a Dios que está cuestionando una forma de vivir, porque mucha gente está buscando hoy ser acogida y escuchada”. Fray Rufino de la Cruz, maestro de novicios en el monasterio de Silos, lo tiene muy claro. También los restantes 27 miembros de la comunidad benedictina de este histórico cenobio burgalés, que hace dos años decidió reactivar su pastoral vocacional y se ha encontrado con un eco inusitado gracias a su ‘Experiencia monástica’, cuya segunda edición se desarrolla entre el 31 de julio y el 6 de agosto.

“Se han inscrito más de 170 candidatos, el doble que el año pasado”, señala fray Ángel Abarca, submaestro de novicios e impulsor de la nueva web (www.sermonje.eu) y las redes sociales del monasterio, que han propiciado este pequeño milagro de la multiplicación de los candidatos. Él es también quien atienda la primera comunicación a través del correo electrónico con los interesados, una primera criba al final de la cual quedan una docena. Trece fueron los que en el verano de 2017 compartieron oración, vida, paseos, reflexiones y conferencias con los benedictinos en unas jornadas que se iniciaba a las seis de la mañana y que se prolongaba hasta las 22:15, cuando se recogían en sus celdas. Finalmente, dos jóvenes en la veintena dieron un paso más. Pero los benedictinos les pusieron condiciones: acabar los estudios.

“Lo que percibo en quienes participan en esta experiencia, abierta a hombres de entre 18 y 45 años, es una búsqueda de Dios”, señala fray Rufino. “Muchos de ellos, sobre todo los mayores de 22 años –razona este riojano de 69 años–, han notado un vacío y, tras la problemática que acarrea la adolescencia y un alejamiento de la fe, están viviendo una vuelta a Dios. Hay un porcentaje muy alto que comparte estas características. Es verdad que otros han tenido un desarrollo progresivo de su fe, pero muchos rompieron con ella durante la adolescencia y lo que ahora están buscando es a Dios. También los hay que vienen preguntándose por el sentido de la vida e, incluso, algunos que acarrean decepciones sentimentales, lo que les ha llevado a hacerse preguntas, a mirar dentro y reflexionar sobre el sentido”, añade este fraile.

Sencillez de vida

“También están los que vienen buscando una sencillez de vida en medio de tanto ruido que hace que no escuchemos bien la voz de Dios. Por eso, muchos están interesados no solo en la experiencia monástica, sino en la búsqueda de lo esencial”, apunta fray Ángel, que a sus 37 años lleva ya trece como fraile. Él enseguida detecta las motivaciones últimas en los correos que recibe para inscribirse. No por nada se insiste en la hoja de inscripción en que se responda “ampliamente” a una cuestión: “¿Por qué quieres vivir una experiencia monástica?”.

“Ahí se ve quién aprovechará el matiz vocacional que tiene esta semana –añade este conquense y veterinario de formación– y quién busca un poco de silencio para encontrar a Dios. A estos les proponemos que vayan a la hospedería, como cualquier otro huésped, y puedan compartir con nosotros unos días de retiro. Porque la experiencia monástica es un retiro de discernimiento vocacional que propone algo tan sencillo como vivir unos días en una comunidad y ser acompañados en la reflexión sobre la vocación y los medios adecuados para responder a Dios”.

Porque esta experiencia es mucho más que un retiro. “Hay como dos niveles –expone fray Rufino–. Uno común, en donde hay conferencias a través de la cuales se va exponiendo lo fundamental de la vida cristiana, la liturgia, el carisma monástico, la ‘lectio divina’… en sesiones de mañana y tarde. Y un segundo nivel, en donde lo que hago es hablar personalmente con cada uno de los participantes. Y si puedo, más de una vez. Ahí es donde se plantea la cuestión vocacional, porque, o la sacan ellos, o lo pregunto yo: ¿te has planteado una vida de entrega al Señor en la vida consagrada? Y muestran una buena disponibilidad para abrir el corazón y contar lo que les está pasando por dentro. También muestran una gran capacidad de escucha”.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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