El cardenal Brenes pide a los nicaragüenses “no dejarse provocar” por Ortega

jovenes manifestantes encapuchados protestan contra el gobierno de niacaragua presidido por daniel

El cardenal arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, celebró a principios de semana una Misa de desagravio por los actos vandálicos que los distintos grupos paramilitares han llevado a cabo en diversas iglesias del país. Durante la homilía, el purpurado pidió a los fieles “no dejarse provocar” por el Gobierno de Ortega para evitar más cadáveres. Concretamente pidió “no contestar mal, no dejarse provocar, el odio lo podemos vencer con el amor que Cristo nos da”.

El Nuevo Diario informa de que la Misa se celebró en la ciudad de Jinotepe, cuya parroquia fue prácticamente destruida por grupos armados afines al presidente Ortega el pasado 9 de julio, el mismo día que los obispos Brenes y Báez y el nuncio apostólico Stanislaw Sommertag fueran agredidos junto a otros sacerdotes tras pedir al Gobierno un adelanto electoral. Algo que además valió a los mitrados el calificativo de “golpistas” por parte del presidente Ortega.

Mientras ocurre todo esto, la  Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Alto Comisionado de la ONU han acusado al Gobierno sandinista de “asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidas en contra de la población mayoritariamente joven del país”. Población que se confiesa católica en un 58%, y que cada día ve crecer las cifras de heridos y desaparecidos, así como el número de muertes, que ya se cifran en 351 desde el comienzo de las protestas en abril.

Los obispos dominicanos hablan claro contra el aborto

La Conferencia Episcopal de la República Dominicana se ha manifestado abiertamente en contra de la despenalización del aborto que en estos días ocupa el debate público en el país, en el que está prohibido salvo por riesgo grave de salud para la madre. Los obispos han emitido un contundente comunicado en el que afirman sin tapujos que “el aborto no es un mal menor: es un crimen, es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia”.

Recuerdan que la Constitución del país reconoce el inicio de la vida desde la concepción, por lo que legislar a favor del aborto es inconstitucional en sí mismo, y atentaría contra el orden jurídico“, ya que “el primer derecho que posee el concebido es el derecho a la vida, cuyo respeto es lo que hace posible otros derechos”.

Según informa Vatican News, los obispos denuncian la desinformación a la que se somete a los dominicanos, asegurando que “pretenden exhibir las tres causales del aborto como algo que es de beneficio para las mujeres de nuestro país, lo cual es una vil mentira“. Por ello recuerdan a los ciudadanos “que el aborto, sea como sea que se plantee, será siempre eliminar una vida humana indefensa. No existe el derecho al aborto (matar), existe el derecho a la vida“. Finalmente, recuerdan que no se trata de un problema religioso, sino humano, para lo que se apoyan en la ciencia “la cual cada vez con más precisión demuestra que la vida humana está presente desde la concepción”.

El Padre Pappagallo, Justo entre las Naciones

La organización Yad Vashem, instituida por el Gobierno de Israel para perpetuar la memoria de las víctimas del Holocausto, ha declarado Justo entre las Naciones al sacerdote Pietro Pappagallo. Este título se concede a todas aquellas personas que “sin ser de confesión o ascendencia judía, prestaron ayuda de manera altruista y singular a las víctimas” de la persecución de los nazis, como hicieron el diplomático Ángel Sanz Briz o el millonario alemán Oskar Schindler, al que la película de Spielberg dio gran notoriedad.

Pappagallo fue un sacerdote italiano de familia pobre que en 1925, tras ser ordenado sacerdote, abandonó su Apulia natal para ir a Roma, donde se le conocía por realizar su ministerio en los barrios obreros. Durante la II Guerra Mundial escondía a los judíos de la ciudad de los nazis, e incluso falsificaba documentos para mantenerlos a salvo. Fue arrestado en 1944 tras ser traicionado por un filonazi y conducido a la cárcel, de la que saldría poco después para ser fusilado en la conocida masacre de las Fosas Ardeatinas. Sus últimos momentos los dedicó a absolver al resto de víctimas y a los verdugos.

ACI relata que el proceso ha llevado todo este tiempo porque se carecía de pruebas sólidas de la ayuda de Pappagallo al pueblo judío. Finalmente se han podido encontrar dos, un artículo de una revista de 1945 en el que una niña relata cómo el sacerdote falsificó un documento de identidad que le permitió salvarse de la persecución, y el de su compañero de celda, Oscar Cageggi, quien aseguró que el sacerdote se preocupaba por los judíos a los que había salvado, ya que conservaba algunos documentos con sus nombres reales y temía que los alemanes la encontraran. Finalmente Cageggi los destruyó al salir de la prisión, y su testimonio ha permitido a Yad Vashem reconocer al padre Pappagallo como Justo entre las Naciones.

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