El Papa siempre hace nombramientos cargados de significado. Lo dice el obispo de Mondoñedo-Ferrol y expresidente de la CONFER, Luis Ángel de las Heras, CMF. Y en el caso del P. Aquilino Bocos, CMF, esta birreta “es la confirmación en la vocación y misión de los consagrados en la Iglesia y, particularmente, en España”.
PREGUNTA.- El hecho de que el papa Francisco sea religioso, ¿ha impulsado a la Vida Religiosa también en España?
RESPUESTA.- Francisco, desde su propia experiencia como religioso, ha presentado la necesidad de coherencia evangélica para las personas consagradas igual que para los demás miembros de la Iglesia. Por tanto, impulsa la Vida Religiosa igual que el resto de las vocaciones cristianas. Además, explícitamente ha recordado a Benedicto XVI cuando afirma que la Vida Consagrada está en el corazón de la Iglesia, que no puede prescindir de ella. Igualmente, ha invitado a los consagrados a vivir la profecía, algo genuino de esta vocación. La Vida Religiosa en España ha acogido agradecida este valioso, certero y continuado impulso del Papa.
P.- ¿Qué supone el cardenalato del P. Bocos para los consagrados españoles?
R.- El Papa hace nombramientos cargados de significado. En el caso del P. Bocos, uno de los mensajes es la confirmación en la vocación y misión de los consagrados en la Iglesia y, particularmente, en España. Esta designación supone un reconocimiento justo y merecido a los consagrados españoles. Estando la vida consagrada en el corazón de la Iglesia, el cardenalato del P. Bocos, hijo del Corazón de María y todo corazón para la Vida Consagrada española y de otros lugares del mundo, reconoce y anima a los consagrados que llevan siglos de historia de entrega generosa superando dificultades; que han sabido salir a las periferias geográficas y existenciales y adaptarse a las urgencias misioneras; que han servido buscando lo mejor para la Iglesia, para la evangelización y para las gentes desde sus enriquecedores carismas; que, a cualquier edad, continúan su vida y misión. Todo ello se refleja en las Semanas Nacionales de Vida Religiosa, que el P. Bocos promovió desde la revista y el Instituto, impulsándolas hasta hoy.
P.- ¿Pasan hoy las relaciones entre obispos y religiosos por su mejor momento?
R.- Aunque siempre se puede mejorar, estamos en un buen momento, con esfuerzo por ambas partes, y eso nos llama al crecimiento de unas mutuas relaciones satisfactorias. Por una parte, tenemos que conocernos más y mejor. Por otra, escuchando al P. Bocos y contrastándolo con la realidad eclesial, debemos esforzarnos para que la colaboración, el diálogo y el buen entendimiento entre obispos y religiosos se sitúen en el contexto de las relaciones entre todas las vocaciones de la Iglesia. Desde ahí, podemos buscar la unidad poniendo de relieve que nos necesitamos, estableciendo los cauces necesarios y edificando la espiritualidad de una misión compartida en creciente comunión.