Entrevistas

Pino Esposito: “Un secretario de Estado salva un pontificado”





De Caffarelli Borghese a Parolin, el sacerdote italiano Pino Esposito repasa en las 700 páginas de ‘Segretari di Stato. Diplomatici con il Vangelo’ (Pieraldo Editore) el perfil de los primeros ministros vaticanos.

PREGUNTA.- Hasta la fecha, la Iglesia ha confiado su gobierno a 56 hombres en la Secretaría de Estado. ¿Han tenido o tienen más poder sobre el día a día de la Iglesia que el propio Papa?

RESPUESTA.- Su función es la de ser los agentes del Papa para irradiar en el mundo, entre los pueblos y las sedes diplomáticas o nunciaturas apostólicas, el auténtico mensaje cristiano de caridad hacia el prójimo, en particular hacia los últimos, marginados y perseguidos. Un mensaje que Francisco resume muy bien en el mandato perentorio e irrevocable de la “custodia del propio hermano”.

P.- ¿Cómo de determinante es la elección de un secretario de Estado para el éxito o fracaso de un pontificado?

R.- La elección del secretario de Estado es importante y fundamental para el Papa. Es más, alguien en el pasado dijo que “aquello que salva un pontificado es la elección de su secretario de Estado”.

P.- Y con un papel clave en la escena internacional…

R.- La historia de los secretarios de Estado confirma en gran medida la existencia de un atento diseño de política internacional e interna de la Iglesia, en la que a la salvación del Estado se antepone la salvación del hombre. De forma cada vez más evidente, su misión diplomática es esencialmente evangélica.

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